La terrible realidad de la guerra se hace tan cotidiana, que hasta los grandes medios de prensa occidentales van olvidando el genocidio en Gaza, y concentran su fuego informativo –o desinformativo– en los ataques israelíes contra el Líbano.
Israel, en tanto, va llevando al mundo por un angosto camino rumbo al precipicio, y ya pocos descartan lo que desde hace muchos años es predicción: Oriente Medio será el escenario de la próxima guerra mundial.
La coordinadora especial de la onu para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, advirtió este domingo sobre una «catástrofe inminente» en la región, en medio de la escalada de tensiones entre Israel y el grupo chiita Hezbolá.
En tanto, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, a través de su cuenta en x, expresó: «Condenamos la cobarde agresión de Israel contra el Líbano, en un suburbio sur de Beirut, que ha provocado 37 fallecidos y decenas de heridos, incluido mujeres y niños. Ese acto repudiable pone en riesgo la paz y la seguridad de la región, ya de por sí convulsa por el genocidio israelí vs. el pueblo palestino».
Por estos días, Israel ha bombardeado y lanzado misiles contra edificios civiles en Beirut, la capital libanesa, con decenas de personas muertas y unos 2 500 heridos como resultados de esas agresiones.
Dos días antes, el 17 y 18 de septiembre, en distintas partes del Líbano se produjeron explosiones de dispositivos electrónicos, incluidos buscapersonas (conocidos también como beepers o pagers) y walkie-talkies; ataques que la onu calificó como crímenes de guerra.
Coincidiendo con la predicción de una próxima conflagración mundial en la zona, el Gobierno israelí, encabezado por el sanguinario Benjamín Netanyahu, se ha congratulado públicamente por varios de sus asesinatos, con los cuales confirma el carácter terrorista de sus acciones, basadas en las sofisticadas técnicas desarrolladas por sus órganos de inteligencia.
La comunidad internacional, y en especial Naciones Unidas y otras instituciones creadas para construir la paz, no pueden dejar de insistir en sus pronunciamientos de condena a Israel, y al que lo apoya con dinero y armas, Estados Unidos.
Cada día que pasa parece demasiado tarde, pues en el corto plazo no se avizora el fin del genocidio contra los palestinos, ni de los asesinatos deliberados de Israel en Irán, Irak, Siria, Líbano y otros países.
