Durante la Cumbre del Futuro, el canciller chino Wang Yi subrayó que todos tenemos un único planeta y que los países debemos trabajar juntos para protegerlo.
Destacó que la propuesta del presidente Xi Jinping de construir una comunidad con un destino compartido para la humanidad, junto con la Franja y la Ruta de alta calidad y las iniciativas de desarrollo, seguridad y civilización globales, ofrecían nuevas soluciones a los desafíos comunes.
Según Wang, el mundo enfrenta riesgos sin precedentes y ningún país puede enfrentarlos solo, de ahí que la cooperación internacional sea una obligación, no una opción.
Pidió a las naciones adoptar una visión de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible y abogó por resolver las disputas mediante el diálogo, promover la seguridad y superar los conflictos y la confrontación.
Wang instó a aprovechar las oportunidades de desarrollo de manera conjunta, al tiempo que recomendó poner a las personas en el centro de la agenda.
El canciller abogó por impulsar una globalización económica equitativa e inclusiva, y evitar políticas exclusivas que limiten el crecimiento global.
Subrayó que, independientemente de su tamaño o fortaleza, todas las naciones son miembros iguales de la comunidad internacional.
En este sentido, insistió en la importancia de una globalización multipolar y ordenada, en fortalecer la autoridad del derecho internacional y en rechazar las acciones hegemónicas, incluidas las sanciones unilaterales.
Sostuvo que la nueva revolución tecnológica y los cambios industriales traían tanto oportunidades como desafíos para la gobernanza global.
El titular de Relaciones Exteriores abogó por una adaptación constante al progreso y por la promoción de un sistema de gobernanza mundial más justo.
China apoyó el liderazgo de la ONU frente a la inteligencia artificial y presentó el «Plan de Capacitación Inclusiva en Inteligencia Artificial».
Además, el canciller alentó a la juventud a participar activamente en la creación de un futuro más justo y progresista.
Wang Yi afirmó que China estaba comprometida con la modernización al estilo chino y con el renacimiento de la nación, lo que brindaría nuevas oportunidades para la paz y el desarrollo globales.
Asimismo, expresó el deseo de Beijing de colaborar con todos los países para construir una comunidad con un destino compartido y crear un futuro pacífico y próspero.
