Víctor Lucas (Unidad y Lucha).— Asistiendo al esperpento del guiñol Inmundo González, todos los actores han aparecido desnudos ante los medios y éstos han reproducido sus tendencias en función de “su” verdad que, como es habitual, es ¡la mentira!
Ridículo panorama el ofrecido por gobierno, oposición y grupos parlamentarios diversos que, sosteniendo el gobierno, apoyan los planteamientos injerencistas-golpistas de la llamada oposición venezolana.
Así se produce un totum-revolutum que genera un impulso al protofascismo de capas de trabajadores que llegan a repudiar “a los políticos”, “a la política”, “a los partidos”, en un lenguaje de pobreza y analfabetismo técnico que descarrila cuando entra en la estación “La Razón” (¡Viva el vino!, que expresara un antiguo presidente del gobierno).
¿Cómo interpretar las fotografías, cartas, viajes, encuentros, del personaje ? Pasea por los jardines de la Moncloa con Pedro Sánchez; acude al Congreso donde se abraza con Feijoo; firma en la embajada de España en Caracas carta de reconocimiento de la victoria de Maduro; viaja a España en avión fletado por el gobierno español…, etc.
Todo parece indicar que el anciano candidato a la presidencia de Venezuela es un títere de la jefa en Venezuela del montaje de una película, de un Titanic que se hunde. María Corina Machado, que compró 100 gramos de democracia en un establecimiento de Langley, es la enésima líder del antichavismo (Cardona, Leopoldo López, Ledesma, …) que se ha tratado de victimizar para, con otra derrota a lo Guaidó, estar en la línea de salida para llevarse el pastel económico destinado al golpe pretendido (Toma el dinero y corre).
Se han apresurado Congreso, Senado, Parlamento europeo, a reconocer a un vencedor que ya ha pedido el ingreso en una “residencia de ancianos”. Inmundo González, más allá de su criminal historial, es el justificante de la unidad institucional de las organizaciones políticas surgidas de la Transición para recuperar el protagonismo colonial que la responsabilidad hispánica debe disponer.
La penúltima provocación (la última se estará cocinando a la hora de redactar estas líneas) la representa las dos personas españolas acusadas de formar parte de un grupo terrorista con objetivos varios, entre ellos el magnicidio. Se produce otra coincidencia institucional que no se ha ejecutado sobre el periodista Pablo González, retenido, sin acusaciones, en una cárcel polaca. ¿Alguna duda sobre hipocresía y cinismo?
Y la soberanía, para qué. Albares responde al PP considerando que España actúa sobre procedimientos y resoluciones de la UE que siguen proclamando la “dictadura de Maduro” a la República Bolivariana de Venezuela. Pero, ¿se van a atrever a cambiar embajadores y cónsules de todas las legaciones de Venezuela? ¿Quién se sienta en las organizaciones internacionales como la ONU?
Inútiles, incapaces, indignos, innecesarios, intolerantes, insoportables.., como el cuento, deben ser amigos porque vienen todos juntos. ¡Con Trillo, esto no pasaba!
