El historiador señaló que en el país norteamericano persisten dos déficits a nivel macroeconómico, el presupuestario y el comercial, con una demanda “fuerte” de los consumidores y “mercados financieros boyantes”, a diferencia de China y la Unión Europea con una demanda interna “insuficiente”, y con superávits de exportaciones.
Adam Tooze indicó para el Financial Times que, con la inflación estadounidense bajo control, la Reserva Federal (Fed) prioriza el mercado laboral, en especial el sector de servicios, donde labora el 80% de los estadounidenses, “en lugar de perseguir sueños de reindustrialización”.
“De hecho, esto significa la continuación del viejo paradigma: el pleno empleo y una mayor demanda de los consumidores significan más importaciones, no menos”, consideró el economista para el diario.
Desde 2016, afirma el articulista, cuando el republicano Donald Trump ganó en los estados del llamado Cinturón Industrial, el “proteccionismo populista”, las promesas de reindustrialización y las acusaciones contra China han marcado la política estadounidense.
“La preocupación por la rivalidad entre las grandes potencias añade más leña al fuego. Ya se trate del fentanilo, de los vehículos eléctricos con software espía o de misiles ultrasónicos que destruyen los portaaviones, China es un chivo expiatorio de espectro completo”, señaló Adam Tooze.
El articulista del diario británico consideró que, si lo que se busca es restablecer la posición competitiva de la industria de Washington, una “gran devaluación del dólar” sería más eficaz que una “serie de subsidios industriales”. Sin embargo, aseguró, el diseño de esta medida parece impensable ante la demanda mundial de activos financieros estadounidenses.
“Cualquiera que quiera seriamente mejorar la suerte de la clase trabajadora estadounidense empezará por cuestiones básicas como la vivienda, la salud y el cuidado infantil”, afirmó Adam Tooze.
El historiador indicó además para el Financial Times que la competitividad en Europa también “pinta un cuadro desolador” al quedarse atrás del mismo Estados Unidos, pese al registro de un superávit comercial, de acuerdo con el informe del economista italiano Mario Draghi.
