La autoridad precisó que, según las primeras informaciones, la caída de los fragmentos del aparato de ataque ucraniano no causó víctimas humanas ni daños materiales.
Otros 11 drones de ataque ucranianos fueron derribados en las últimas horas del 19 de octubre en la provincia rusa de Oriol, situada a unos 75 kilómetros de la frontera, según comunicó el gobernador de esa región, Andréi Klichkov.
Esta semana, Francia y Países Bajos, dos Estados que forman parte de la OTAN, prometieron suministrar varios lotes de drones a Ucrania.
Las fuerzas rusas llevan a cabo desde febrero de 2022 una operación militar para detener los bombardeos ucranianos contra los civiles de Donetsk y Lugansk, dos territorios que se independizaron de Ucrania en 2014 y se incorporaron a Rusia en septiembre de 2022.
Conforme al liderazgo ruso, los objetivos de la campaña militar son detener “el genocidio de los pueblos de Donetsk y Lugansk que cometía el régimen ucraniano” y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.
Ucrania es apoyada militarmente por la mayoría de los Estados miembros de la OTAN, el bloque bélico que lidera Estados Unidos.