Daniela Díaz (Sputnik).— Previo al evento, que se realizará del 22 al 24 de octubre en Rusia y en cual está confirmada la presencia de delegaciones de 32 naciones, el presidente ruso, Vladímir Putin, se reunió con representantes de los medios de comunicación con quienes compartió sus reflexiones sobre el grupo BRICS y adelantó algunos temas que están en la agenda.
Durante la charla, Putin destacó el hecho de que la participación de los BRICS en el PIB mundial «ya supera a la de los países del G7» e indicó que es probable que esta brecha crezca en algunos años a favor del bloque iniciado por Brasil, Rusia, China y Sudáfrica.
Al respecto, el internacionalista y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos López Alvarado, aseveró en entrevista con Sputnik que el bloque tiene ya la fortaleza para ser un contrapeso ante la unipolaridad que EEUU y sus aliados han fomentado.
«Los BRICS, actualmente, es un contrapeso competitivo ante la hegemonía occidental. Están en un papel en el que pueden competir con Estados Unidos en producción tecnológica, comercial, política y hasta cultural», sentenció el experto en entrevista con Sputnik.
Con él coincide el analista y especialista en Europa del Este de la Universidad Autónoma de Puebla, Humberto Morales, quien ponderó que actualmente los BRICS representan una alianza no solo en el ámbito económico.
«Lo que está pasando con los BRICS es que se está acabando de consolidar una alianza económica, que también va a ser política y social, integrada por los cinco gigantes de la economía no occidental, que ya está atrayendo a un número cada vez más amplio de países», señaló en charla con Sputnik.
Un camino llano a la desdolarización
Si bien el presidente Putin informó que, por el momento, el crear una divisa BRICS no es algo que esté sobre la mesa, el mandatario detalló que el bloque busca aumentar el uso de las monedas nacionales de sus países miembros, al que, de acuerdo con los analistas consultados, es un franco avance rumbo a la desdolarización.
«Por supuesto que es un paso rumbo a la desdolarización. De hecho, el crear una moneda común sería replicar una práctica occidental (en referencia al euro), lo ideal es encontrar un mecanismo y creo que el uso de monedas de los países dentro de las negociaciones tiene que ser la salida respetando su propia moneda y revalorizando las monedas, porque en medida que esto pase se acaba con la dependencia que podría crecer un solo país», explicó López Alvarado.
En tanto, el analista Morales detalló que apostar por negociar con las monedas nacionales es una jugada bien pensada, pues con ello se podría evitar una crisis inflacionaria como ocurrió cuando se creó el euro (moneda común de la UE), algo que solamente fortaleció a las economías de por sí fuertes y que afectó gravemente a países como España, Grecia y Portugal.
«La propuesta que está lanzando el presidente Putin es un poco de precaución. De decir: ‘bueno en los BRICS hay países con mucha fuerza económica, hay países con menos fuerza económica y por lo tanto acelerar a una moneda común puede provocar un efecto inflacionario similar al que produjo el euro», explicó.
«La idea de comerciar con monedas de los países miembros tiene la ventaja de que las naciones que tienen menos expansión económica tienen más posibilidades de caminar a un ritmo pausado de integración económica con impactos inflacionarios menores. La idea no es mala, pues a la larga, la mayor integración de los países y de sus economías al bloque va a ir generando procesos de mercado que puede llegar a desembocar o alguna moneda común o en monedas fuertes que en un momento dado se pueden convertir en un patrón monetario de intercambio», abundó.
La expansión del bloque
Durante su charla con medios, Putin anunció el desarrollo de la categoría «países socios de los BRICS» y sentenció que el aumento del número de miembros del grupo no debe minimizar la eficacia de la propia estructura de la asociación.
En el caso específico de América Latina, Humberto Morales ponderó que en la región «las disparidades económicas son muy bruscas»; sin embargo, al inclinar la balanza países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba —que ya han alzado la mano para unirse al bloque— son los que tienen más posibilidades de forma parte de los BRICS.
Sin embargo, Carlos López Alvarado destacó que el grupo debe «ser muy cuidadoso» al elegir a nuevos miembros, pues otro de los aspectos importantes a velar es evitar una actitud de confrontación entre ellos o con otras naciones, ya que los BRICS, a diferencia por ejemplo del G7, son países muy diversos.
«Nos guste o no podría ser careo cultural (…) No obstante creo que tiene que ser una fortaleza del grupo su megadiversidad, porque de esa manera rompen con el discurso de Occidente que pretende homologar una cultura en específico», concluyó.