El método dialéctico entiende que el proceso de desarrollo de lo inferior a lo superior no discurre a modo de un proceso de desenvolvimiento armónico de los fenómenos, sino poniendo siempre de relieve las contradicciones inherentes a los objetos y a los fenómenos, en un proceso de “lucha” entre las tendencias contrapuestas que actúan sobre la base de aquellas contradicciones.
Dentro de nuestras condiciones actuales en la URSS, la reivindicación de la república democrático-burguesa sería absurda y contrarrevolucionaria ya que comparada con la república soviética la república burguesa significa un paso atrás.
No puede haber ningún régimen social “inconmovible”, ni pueden existir los “principios eternos” de la propiedad privada y la explotación, ni las “ideas eternas” de sumisión de los campesinos a los terratenientes y de los obreros a los capitalistas.
En política, para no equivocarse, hay que mirar hacia adelante y no hacia atrás. Si el tránsito de los lentos cambios cuantitativos a los rápidos y súbitos cambios cualitativos constituye una ley del desarrollo, es evidente que las transformaciones revolucionarias llevadas a cabo por las clases oprimidas representan un fenómeno absolutamente natural e inevitable. Esto quiere decir que en política, para no equivocarse, hay que ser revolucionario y no reformista hay que mantener una política proletaria, de clase, intransigente, y no una política reformista, de armonía de intereses entre el proletariado y la burguesía, una política oportunista de “integración gradual” del capitalismo en el socialismo.
En esto consiste el método dialéctico marxista, aplicado a la vida social y a la historia de la sociedad.
El materialismo filosófico marxista se caracteriza por los siguientes rasgos fundamentales:
a) en oposición al idealismo, que considera al mundo como la encarnación de la “idea absoluta”, el materialismo filosófico de Marx parte del criterio de que el mundo es, por su naturaleza, algo material.
b) en oposición al idealismo, el cual afirma que sólo nuestra conciencia tiene una existencia real y que el mundo material, el ser, la naturaleza, sólo existen en nuestra conciencia, en nuestras sensaciones, en nuestras percepciones, en nuestros conceptos, el materialismo filosófico marxista parte del criterio de que la materia, la naturaleza, el ser, son una realidad objetiva, existen fuera de nuestra conciencia e independientemente de ella, de que la materia es lo primario, ya que constituye la fuente de la que se derivan las sensaciones, las percepciones y la conciencia.
c) en oposición al idealismo, que discute la posibilidad de conocer el mundo y las leyes por que se rige, el materialismo filosófico marxista parte del principio de que el mundo y las leyes por que se rige son perfectamente cognoscibles, de que en el mundo no hay cosas incognoscibles, sino simplemente aún no conocidas, paro que la ciencia y la experiencia se encargarán de revelar y de dar a conocer.
La ciencia que estudia la historia de la sociedad puede adquirir, pese a toda la complejidad de los fenómenos de la vida social, la misma precisión que la biología, por ejemplo. Esto quiere decir que, en su actuación práctica, el Partido del proletariado debe guiarse, no por estos o los otros motivos fortuitos, sino por las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad y por las conclusiones prácticas que de ellas se derivan. El enlace entre la teoría y la práctica, su unidad, debe ser la estrella polar que guíe al Partido del proletariado.