El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó este lunes que Occidente se hace daño a sí mismo con sus políticas antirrusas, perjudicando no solo a su sistema de globalización, sino a otros actores en la palestra internacional.
La agresión de sanciones
Durante su intervención en el Simposio Internacional de Ciencia Ficción ‘Creando el futuro’, el canciller ruso recordó que durante los últimos 10 años, especialmente tras el inicio de la operación especial militar en Ucrania en 2022, EE.UU. y sus aliados han impuesto más de 21.000 sanciones en varias esferas. En este sentido, enfatizó que los países en desarrollo de Asia, África y América Latina son los primeros en sufrir por estas prácticas neocoloniales occidentales.
«El lado negativo de la agresiva lucha contra los indeseables es que Occidente está cortando la rama sobre la que está sentado, destruyendo el sistema global de división del trabajo, que se ha ido extendiendo a todo el mundo desde principios de los años 90», señaló Lavrov.
En este contexto, el jefe de la diplomacia rusa declaró que, buscando conservar su hegemonía, Washington y sus satélites prefirieron «olvidar» los principios fundamentales como la competencia leal, la inviolabilidad de la propiedad y la presunción de inocencia.
«Сambios revolucionarios»
Asimismo, Lavrov hizo hincapié en que un mundo multipolar se ha convertido no solo en un tema de una sesión del evento, sino en un tema de discusiones en los círculos científicos, de expertos y políticos tanto en Rusia como en el extranjero. «Hoy resulta difícil imaginar que a principios de la década de 1990 a muchos les parecía que había llegado el fin de la historia y que la unipolaridad, la Pax Americana global, había reinado para siempre, cuando todos los asuntos de cualquier parte del mundo debían estar bajo la vigilancia de Washington», dijo.
Lavrov recordó que durante este periodo se elaboró el concepto de multipolaridad, innovador para ese entonces, pero pocos socios extranjeros estaban listos para unirse a ello. No obstante, en 1997, China compartió esas ideas y junto con Rusia firmaron una declaración conjunta.
«El equilibrio de poder mundial está experimentando cambios revolucionarios, esto se debe a las tendencias objetivas en el desarrollo de la economía mundial, donde se están fortaleciendo las posiciones de los estados del Sur Global, del Este Global y, en general, de la mayoría mundial», añadió.
«No todos están dispuestos a aceptar el curso natural de las cosas»
En este sentido, Lavrov reiteró que la participación de los países de los BRICS en el PIB mundial en términos de paridad de poder adquisitivo a finales de 2024 se estimará en un 37 %, lo que supera el índice del G7, que constituyó un 30 % para finales del año pasado. Señaló también que el crecimiento económico del bloque permite a más y más Estados no occidentales que refuercen su soberanía y apliquen políticas de orientación nacional tanto en política exterior como interior.
«Al igual que Rusia, estos países abogan cada vez más enérgicamente por la democratización de las relaciones internacionales, por un mundo multipolar y se resisten cada vez más a las injerencias externas», subrayó el canciller ruso.
Asimismo, Lavrov hizo hincapié en el aumento del número de naciones interesadas en sumarse a los BRICS. Así, indicó que en la cumbre de los BRICS en Kazan participaron delegaciones de 36 países y se recibieron más de 30 solicitudes de adhesión o de establecimiento de relaciones especiales.
«Se puede afirmar con certeza que el fortalecimiento de los BRICS se ha convertido en uno de los motores de la formación de un orden mundial policéntrico, que cuenta tanto con ardientes partidarios como con abiertos opositores y detractores. No todos, nos damos cuenta, están dispuestos a aceptar el curso natural de las cosas», expresó, agregando que EE.UU. y sus «subordinados» están reviviendo el espíritu de la Guerra Fría.
Imán de conflictos
Hablando del conflicto ruso-ucraniano, Lavrov reveló que es los anglosajones que están detrás del régimen de Kiev, tratando vencer a Rusia con sus manos, y si fracasa, están preparando a Europa continental para «lanzarse a una aventura suicida y entrar en conflicto armado directo» con el país euroasiático.
«Lamentablemente, las actuales élites gobernantes de muchos países europeos no ven claramente ningún futuro para sí mismas en un mundo multipolar y buscan la salvación en la hegemonía de ultramar», dijo, al hacer hincapié en la reacción de Alemania a la destrucción terrorista de los gasoductos NordStream y el despliegue de misiles estadounidenses de alcance medio en su territorio.
Además, el jefe de la diplomacia rusa se refirió a Oriente Medio, recordando que «la obsesión» de Occidente «por controlarlo todo y a todos» causó una serie de tragedias, entre ellas la intervención en Irak, la destrucción del Estado libio, ataques contra Yemen, Siria y la implicación en la guerra de la Franja de Gaza.
La caída del dólar
En paralelo, Serguéi Lavrov enfatizó que la moneda estadounidense, el dólar, está perdiendo su posición como medio de pago global a medida que se desarrolla el comercio en divisas nacionales. El canciller ruso dijo que el dólar se convirtió en un arma para castigar a los competidores geopolíticos o «simplemente desobedientes».
No obstante, Lavrov enfatizó que Moscú no se cierra por completo al diálogo con Occidente, a pesar de sus acciones. No obstante, concluyó que hay que sacar las conclusiones necesarias «de la forma en que los vecinos occidentales abandonaron repentinamente sus promesas y compromisos, de todos los acuerdos con nosotros, qué modales demostraron y cómo minaron la confianza en sí mismos».
RT / Correo del Orinoco / Foto: Reuters