«Esta transición es muy larga, muy dolorosa, porque los países de esos mil millones de oro, que ahora están perdiendo gradualmente su papel hegemónico, no quieren perder este papel, se aferran a ese rol, utilizan su poder económico», indicó Peskov en el maratón educativo «Znanie. Pervie» (Conocimiento. Los primeros).
El vocero destacó que el mundo está ahora en transición hacia un sistema más justo, donde prevalecen las relaciones de igualdad, beneficio mutuo y respeto, donde los países grandes no dictan los niveles de vida a otros Estados ni tampoco toleran que alguien injiera en sus asuntos internos.
Peskov aclaró que el margen de resistencia se basa en una economía poderosa, en una estabilidad financiera absoluta, en altas tasas de crecimiento económico y productivo, un alto nivel de seguridad social, prosperidad, un ejército fuerte y una comunidad de ciudadanos sanos y responsables.
En octubre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró en la XVI Cumbre de los BRICS que las fuerzas acostumbradas a dominar obstaculizan la transición a un mundo multipolar más justo y cuestionó «el orden mundial basado en reglas» que Occidente intenta imponer a la comunidad internacional.
El mandatario ruso consignó que detrás de esa cortina de humo del llamado orden mundial basado en reglas están «los intentos de Occidente de contener a los competidores emergentes y el avance independiente de los países de África, Asia y América Latina», que llevan al surgimiento de nuevos conflictos y a «la exacerbación de las viejas contradicciones».
Un mundo sin confrontación y dominio: ¿qué más pueden ofrecer los BRICS?