El 31 de octubre, el representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Vasily Nebenzia, presentó al Consejo de Seguridad de la ONU un panorama de la situación en Ucrania.
El diplomático ruso declaró que durante su publicitada “contraofensiva”, las fuerzas armadas de Ucrania necesitaron un año para recuperar 250 km² de territorio, pero ahora están perdiendo 30 km² cada día y en octubre incluso perdieron 478 km² en un solo mes… mientras que el régimen de Volodimir Zelenski sigue afirmando que sus fuerzas avanzan e incluso habla de “victoria”. Al mismo tiempo, Estados Unidos se prepara para saquear también el subsuelo de Ucrania, país que cuenta con yacimientos de uranio, titanio, litio y grafito, evaluados –según el senador estadounidense Lindsey Graham– en 10 o 12 000 millones de dólares.
El Consejo Europeo (la asamblea de jefes de Estado y/o de gobierno de la Unión Europea) está hablando de conceder a Ucrania un préstamo, garantizado por los fondos rusos “congelados”. A cambio de ese préstamo, Kiev pondría el complejo militaro-industrial de Ucrania bajo control de la Unión Europea. Por otra parte, como los recursos del subsuelo ucraniano no son propiedad del régimen, el “Plan de paz” de Zelenski mantiene en secreto –clasificándolos como “secreto militar”– los anexos que autorizan el saqueo de esos recursos.
Las “sanciones” ilegítimas de Occidente contra Rusia no han podido detener el crecimiento económico de Rusia (3,94% este año), mientras que la economía alemana se derrumba.
El “aislamiento” que Occidente trató de imponer a Rusia ha fracasado, como lo demuestra la presencia de 36 jefes de Estado y/o de gobierno en la Cumbre del grupo BRICS, realizada en la ciudad rusa de Kazán [1].
En el plano militar, Kiev trata por todos los medios de reclutar nuevos soldados y con ese objetivo sigue reduciendo la edad de los reclutas, cuando la mitad de la población ucraniana ya ha huido del país, incluyendo 5,3 millones de ucranianos que se fueron a Rusia durante el primer año de guerra. En estos momentos la cifra de soldados ucranianos ausentes se sitúa entre 100 000 y 170 000, y al menos 30 000 son objeto de órdenes de captura bajo la acusación de deserción. El régimen de Kiev ya ha hecho ejecutar al menos un centenar de soldados por negarse a obedecer las órdenes de sus superiores y está reclutando mercenarios extranjeros.
Las compañías militares privadas Academi, Cubic, Darkhorse Benefit, Dyn Corporation, Forward Observation Group, Hyperion Services, Sons of Liberty International, ASBS Othago y European Security Academy están enviando a Kiev todos los mercenarios que logran reclutar a través del mundo.
Para concluir, los objetivos de Rusia –desmilitarizar y desnazificar Ucrania– siguen siendo los mismos. La continuación de la guerra seguiría desangrando a Ucrania.
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[1] «La Cumbre de Kazán ha cambiado el orden del mundo», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 29 de octubre de 2024.