La medida abarca toda la enseñanza básica, desde la infantil hasta la secundaria, y ahora espera la certificación del gobernador paulista Tarcísio de Freitas para entrar en vigor.
Propuesto por la diputada Marina Helou y firmado por otros 42 parlamentarios, el proyecto de ley 293/2024 modifica la ley 12.730/2007, incluyendo nuevas regulaciones.
«El uso constante de dispositivos móviles durante las clases se ha asociado con una disminución significativa en la capacidad de concentración y rendimiento académico», argumentó Helou.
Tal texto, aprobado por el pleno, fue un sustituto presentado durante la reunión conjunta entre las comisiones de Educación y Cultura y Finanzas, Presupuesto y Planificación de la asamblea.
Ponente de la propuesta, el diputado Solange Freitas defendió el control sobre el uso de teléfonos celulares en las escuelas públicas y privadas de la división territorial, readecuado a la ley ya existente.
El proyecto establece que las oficinas educativas deben elaborar protocolos para el almacenamiento de móviles durante el horario escolar, además de establecer canales de comunicación con los padres.
La nueva regla se aplicará 30 días después de la aprobación, que debe coincidir con el inicio del próximo curso escolar.
El uso de los dispositivos será permitido, sin embargo, en casos en los cuales exista la necesidad pedagógica, para la utilización de contenidos digitales o herramientas educativas.
Además, en casos en que haya imperativos de ayudas tecnológicas por parte de alumnos con discapacidad.
Con esta decisión, Sao Paulo se convertirá en el primer estado de Brasil en implementar una prohibición total del uso de teléfonos celulares en los centros docentes.
Aunque hay restricciones en otras regiones, ninguna de ellas es tan amplia como la aprobada en la Alesp.
La medida se basó en estudios que asocian el uso excesivo de teléfonos inteligentes a problemas de salud mental y física entre niños y adolescentes, además de afectar negativamente el aprendizaje.
De igual manera, un proyecto de ley en discusión en el Congreso Nacional pretende extender esta prohibición a todo el gigante sudamericano.
Una encuesta de la empresa Nexus reveló que el 86 por ciento de los brasileños apoyan alguna medida para controlar el uso de celulares en las escuelas.
Brasil tiene alrededor de 1,2 teléfonos inteligentes por cada habitante y un total de 268 millones de dispositivos en uso, según datos recogidos y divulgados en septiembre.