Ambos sindicatos consideran que los Presupuestos para 2025 -pendientes de aprobación en el Parlamento- no aportan recursos para sectores públicos como Sanidad o Educación, ni para ámbitos estratégicos como el Industrial: son “pésimos” e “inadecuados para resolver los problemas del país”, sentenció el secretario general de la CGIL, Maurizio Landini.
“El único gasto que aumenta es para las armas”, agregó a la prensa al término de la reunión, criticando el incremento de aportaciones en Defensa “mientras sigue habiendo largas listas de espera en los hospitales” de hasta un año y medio.
Según Landini, el Gobierno no cumple ninguna de las peticiones de los sindicatos, entre estas una reforma fiscal que imponga más tasas a los beneficios extraordinarios en el ámbito del mundo de las finanzas o el inmobiliario.
“De cuestiones precisas no hemos obtenido respuestas” y “no nos han contado que haya soluciones”, añadió Landini, tras su reunión con Meloni y otros seis ministros del Gobierno, incluido el titular de Economía, Carlo Giorgetti, que se alargó durante más de 5 horas sin que finalmente ambas partes llegaran a un consenso.
Meloni, según fuentes próximas al encuentro, defendió en el mismo que los Presupuestos buscan “sentar las bases de un crecimiento duradero” y explicó que su Ejecutivo arrastra “el grave legado de unas deudas que pesan como una piedra sobre las cuentas públicas”.
“Hemos concentrado nuestros recursos en algunas prioridades fundamentales, con una visión a medio y largo plazo, manteniendo las cuentas en orden y centrándonos en una perspectiva de crecimiento para el sistema italiano”, agregó.
Landini, sin embargo, criticó que el Ejecutivo asegure que la economía de Italia mejora cuando la inflación se sitúa en el 17%, el poder adquisitivo de la ciudadanía se reduce y el trabajo sigue siendo “precario”.
“Está absolutamente confirmada la convocatoria para la huelga del 29 de noviembre”, declaró el máximo cargo de la CGIL, el sindicato más grande de Italia y también uno de los más grandes de Europa.
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