Con la presencia de más de 300 delegados y 250 invitados, entre médicos y estudiantes de alrededor de 100 países, finalizó este viernes (15) en La Habana el I Congreso Internacional de Graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba (ELAM).
Bajo el lema “Guardianes de la vida, creadores de un mundo mejor”, el congreso se realizó como un espacio de intercambio científico. Al mismo tiempo, tiene la intención de ser un paso concreto en la creación de una organización médica y científica internacional integrada por egresados de la ELAM.
El congreso se realizó en conmemoración al 25 aniversario de ELAM, una facultad internacional de medicina que, año tras año, recibe jóvenes de distintos países con el objetivo de formar médicos que puedan fortalecer los sistemas de salud y científicos de sus respectivos países.
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— Gabriela Rodríguez Álvarez (@Gabriela_RA98) November 15, 2024
Luther Castillo Harry, quien formó parte del primer grupo de estudiantes que llegó a la ELAM y que actualmente ocupa el cargo de Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de Honduras, afirmó en la conferencia inaugural que “estamos ante la posibilidad de construir la organización científica más grande del mundo».
“Cada uno de nosotros debe ser embajador de la Revolución Cubana”, dijo, asegurando que “lo posible sólo se logra luchando contra lo imposible”.
Hasta la fecha, de la escuela se han egresado 31.180 médicos, de más de 120 países y provenientes principalmente de comunidades pobres o afectadas por conflictos sociales; de ellos más de 1.080 son graduados brasileños. Actualmente, más de 20 estudiantes brasileños del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) estudian en la ELAM .
“Hijos cubanos nacidos en otras tierras”
A través de un mensaje grabado, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, envió sus saludos a la reunión, explicando que no pudo asistir debido a los esfuerzos de recuperación del país tras la reciente destrucción causada por los huracanes Oscar y Rafael.
“Cuando supe del evento y el motivo que los reúne de nuevo en su segunda patria, aparté unos minutos del intenso programa de trabajo que nos planteamos para acelerar la recuperación del país y enviarles este saludo de compatriota, ya que no puedo abrazarlos personalmente como me gustaría” afirmó.
Al referirse a los presentes como “queridos hijos de Cuba nacidos en otras tierras”, el presidente aseguró que, cuando conoce el trabajo que desempeñan los graduados de la ELAM en sus respectivos países, siempre piensa “con profunda emoción en Fidel, y cómo estaría feliz de verlos convertidos en guardianes de la vida y la salud de su pueblo”.
El mandatario afirmó también que el trabajo de los médicos con las comunidades más desfavorecidas “expresa plenamente la legendaria fe en el ser humano y en el valor de la solidaridad que caracterizó al líder de la Revolución Cubana, una profunda convicción de que un mundo mejor es posible si luchamos incansablemente por este ideal».
Un ejército de médicos armados de solidaridad
En entrevista con Brasil de Fato, Leandro Araújo, médico brasileño egresado de la ELAM en 2009, afirma que regresar a Cuba para el encuentro significa “poner la esperanza por encima de todo” y “calentar el corazón para la lucha”.
“Desde hace varios años venimos trabajando con la idea de crear una Asociación Médica Internacional de egresados de la ELAM. Un espacio que tiene como núcleo los valores de solidaridad e internacionalismo que promueve la escuela y que están en el centro del proyecto político cubano. Para nosotros es una forma de asumir tareas internacionalistas de solidaridad con los lugares más necesitados y una forma de poner el conocimiento científico al servicio de nuestro pueblo”, explica.
Para Araújo, la creación de una asociación científica internacional de graduados es una forma de desarrollar la solidaridad con Cuba, país que les permitió convertirse en profesionales, pero también “una forma de ampliar los ideales solidarios de la revolución”.
Araújo llegó a Cuba en 2003. Esa fue la primera vez que salía de Brasil. “Fue una experiencia impactante. Siendo del MST ya había oído y leído sobre Cuba, pero gracias a mis compañeros poder estudiar aquí fue una oportunidad de ver que es posible construir otro mundo. Estando aquí podemos ver que, aún en las difíciles condiciones que tiene Cuba a causa del bloqueo de más de 60 años, la Revolución Cubana aún realiza solidaridad con los pueblos del mundo. Aquí aprendemos que la solidaridad no se trata de dar lo que te sobra, sino de compartir lo que tienes».
No enviamos bombas, enviamos médicos’
La fundación de la Escuela Latinoamericana de Medicina fue anunciada por Fidel Castro el 15 de noviembre de 1999 durante la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. En ese momento, las regiones de Centroamérica y el Caribe atravesaban una grave crisis humanitaria después de que dos de los huracanes más mortíferos de la historia, George y Mitch, devastaran la región, matando a más de 10.000 personas e hiriendo a cientos de miles.
Las inundaciones propagaron rápidamente enfermedades a gran parte de la población, extendiendo la catástrofe a una docena de países. En este contexto, a pesar de una grave crisis económica conocida como “período especial”, la primera acción de Cuba fue enviar ayuda humanitaria a los distintos países afectados. Sin embargo, con el paso de las semanas, la Revolución Cubana decidió construir una universidad médica internacionalista con el objetivo de formar profesionales de la salud de los propios países afectados.
La escuela comenzó a recibir cientos de estudiantes del Caribe a través de un sistema de becas creado para permitir que jóvenes con pocos recursos económicos estudiaran medicina de forma gratuita. Con el tiempo, el proyecto se extendió a diferentes regiones del mundo y los estudiantes llegaron de otras partes de América Latina, expandiéndose a África -región con la que Cuba ha establecido históricamente vínculos- e incluso a los propios Estados Unidos.
En un discurso muy recordado pronunciado en mayo de 2003 en Buenos Aires, Fidel Castro se refirió al sistema médico y científico de Cuba.
“Nuestro país no lanza bombas sobre otros pueblos, ni envía miles de aviones a bombardear ciudades; Nuestro país no tiene armas nucleares, químicas ni biológicas. Las decenas de miles de científicos y médicos de nuestro país han sido educados en la idea de salvar vidas. Sería absolutamente contradictorio con su concepción poner a un científico o a un médico a producir sustancias, bacterias o virus capaces de matar a otros seres humanos”, afirmó.
En ese momento, Estados Unidos había iniciado la invasión de Irak. Fidel aseguró a la multitud reunida que Cuba nunca “realizaría un ataque preventivo y sorpresa contra ningún rincón oscuro del mundo”. Pero en cambio, Cuba fue “capaz de enviar los médicos necesarios a los rincones más oscuros del mundo”. Su famosa frase fue: “Los médicos no son bombas, los médicos no son armas inteligentes”.