Alfredo Jalife Rahme.— El puerto de Chancay, a 75 kilómetros de Lima (Perú), se convertirá en el primer hub de la logística marítima china en la vertiente del océano Pacífico de América Latina (AL). Su mayoría pertenece a la naviera estatal Cosco y se calcula que su inversión fue de 3 mil millones de dólares.
Cosco posee 60 por ciento de las acciones y comparte su sociedad con 40 por ciento la minera peruana Volcán, lo cual ha preocupado a los anacrónicos detentores de la Doctrina Monroe: desde el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur en 2019, hasta su sucesora: la pugnaz generala Laura Richardson, quien desea aplicar el fantasioso “Excepcionalismo estadounidense” mediante lawfare, fraudes electorales, golpes de Estado y hasta invasiones militares.
El portal argentino Infobae, presuntamente vinculado al Comando Sur, se exasperó con la llegada el pasado 7 de noviembre del primer barco chino a Chancay proveniente del puerto Taicang (China) que transportó los primeros equipos para su operación automatizada.
Infobae, muy proclive a la desinformación y a los ataques personales, propios de un vulgar espionaje, conjetura el ingreso de militares chinos y cita convenientemente al investigador Robert Evan Ellis, del Instituto de Estudios Estratégicos del Ejercito de EEUU (ligado a la amazona Richardson y autor de un reciente artículo conspirativo para la Red China & América Latina, quien “analiza los riesgos geopolíticos que enfrenta Perú con la pronta inauguración” y advierte “que la creciente dependencia de Perú en sectores estratégicos de origen chino –como minerales, electricidad y telecomunicaciones– podrían restringir su capacidad de oposición ante una potencial influencia china”.
En contrapunto, el editorial de Global Times, portavoz oficioso del Partido Comunista Chino exalta el magno proyecto de “Chancay a Shanghái” como “uno de los brazos de la Ruta de la Seda” y “revelación de los tiempos” que será inaugurado en la cumbre de la APEC que se realiza en Lima, del 14 al 16 de noviembre.
Chancay es un puerto de gran calado, ha sido bautizado como el “puerto Singapur de América Latina” y se espera que genere 4 mil 600 millones de dólares de beneficio anual para Perú, que equivalen a 1.8 por ciento de su PIB.
Según Global Times, “Perú ha lanzado una ferrovía y un plan de construcción de red carretera para conectar a las principales ciudades del país y a otras redes de países de la región con Chancay”, donde brillarán las exportaciones de Colombia, Bolivia (que no tiene salida al mar) y Brasil que carece de salida al Pacífico.
La inauguración del puerto de Chancay ha creado enorme excitación en Sudamérica y, en particular, en Bolivia –con la máxima reserva de litio del mundo–, donde ha sido bautizado como el “puerto de Sudamérica” que colisiona con el exorcismo tanto del Comando Sur como del Departamento de Estado que ha bautizado a Chancay como “amenaza a la seguridad nacional de EU”, ya no se diga después del espectacular ingreso de Bolivia al BRICS durante la Cumbre de Kazán –lo cual puede explicar la grave intensificación de su lucha fratricida doméstica–.
Es altamente probable que el presidente chino, Xi Jinping, aproveche su presencia en la Cumbre de la APEC para inaugurar el megapuerto de Chancay que transformará la geoeconomía de Sudamérica.
El rotativo británico Daily Telegraph amenazó que Perú será un objetivo en la “guerra mundial entre China y Estados Unidos. No hay olvidar que el nuevo gabinete eminentemente sinófobo del segundo mandato de Trump, arremeterá contra los “programas controvertidos de infraestructura global” de China. Daisy Telegraph amenaza que la designación de Chancay como “casus belli”es sólo un inicio, ya que “cientos de proyectos chinos a lo largo de la Ruta de la Seda” pronto gozarán de esa designación geolingüística.
Por lo pronto, Biden asistirá a la Cumbre de la APEC acompañado por unos 600 soldados estadounidenses.