Representantes de los países europeos asistentes a la cumbre de líderes del Grupo de los Veinte (G20) se mostraron descontentos con la decisión del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de no abordar el tema del conflicto ucraniano durante las sesiones del evento, reportó Reuters, citando a personas familiarizadas con el asunto.
Conforme a las fuentes consultadas, los delegados europeos presentes en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, expresaron su desazón por el hecho de que la declaración final fuera emitida un día antes de lo previsto, supuestamente para interrumpir discusiones sobre la crisis ucraniana.
Los documentos finales suelen publicarse al cierre de tales eventos, pero el mandatario brasileño decidió acordar el texto mientras concluía la sesión plenaria del primer día de la cumbre, cuando los líderes de Francia, Alemania y EE.UU. no se encontraban en la sala, según fuentes diplomáticas de Reuters.
Entre tanto, tres funcionarios brasileños afirmaron que la aprobación del documento fue acelerada por Brasil para «evitar el riesgo de que la cumbre terminara sin una declaración final», incluso a pesar de que los delegados de los países occidentales exigían «un lenguaje más fuerte» en cuanto al desarrollo del conflicto entre Rusia y Ucrania. No obstante, la decisión de concertar por anticipado la declaración final no fue desafiada, ya que «reabrir [el debate sobre] el texto habría puesto en peligro todo el esfuerzo de una semana de negociaciones», dijo a Reuters un funcionario brasileño.
De otra parte, ya durante el primer día de la cita comentó Lula da Silva que había decidido no hablar allí sobre la «guerra», porque deseaba centrarse «en otros asuntos que también son importantes», como la pobreza. «Decidí no traer la guerra al G20, porque de lo contrario no discutiríamos otras cosas que son importantes para otras personas que no están en guerra y que son el pueblo pobre», explicó el mandatario en ese momento.
