Se trata de Verónica, de 23 años, y sus tres hijas de 9, 3 y 1 año, una de ellas con una discapacidad acreditada de más del 35%. Estas cuatro personas, que hacía seis años vivían en un piso de la calle Batuecas del Barrio España de Valladolid, iban a ser desahuciada por Abanca.
Como viene siendo habitual, la policía (en este caso la Policía Nacional) se prestó para facilitar el desahucio. Pero militantes del Sindicato de Vivienda de Valladolid consiguieron parar la infamia. Dicho Sindicato, conocedor de que la familia iba a quedarse sin alternativa habitacional, convocó a una movilización en frente del inmueble, consiguiendo que una treintena de personas se concentraran en el lugar
Lograron parar el desahucio, lo que constituye una victoria. Sin embargo, esta es parcial, ya que lo que se consiguió fue una prórroga de 10 días para acreditar su situación de vulnerabilidad, que se ve agravada por la condición de madre soltera en la que se encuentra la progenitora.
Clara Quintana, portavoz del Sindicato de Vivienda de Valladolid, expresó: “’No queremos que en pleno invierno en Valladolid una familia con tres hijos se quede en la calle. Dicen que es peligroso que continúen viviendo aquí -en referencia a las condiciones de la casa- pero nosotros pensamos que más peligroso es que se queden en la calle’”.
Quintana subrayó que, como ha quedado dicho, la situación se repetirá en 10 días. A este respecto añadió que confía en que ‘”se pare con un alquiler social, medio para económicamente afrontar esto o, incluso, un realojo, porque sino podrían entrar en situación de sin techo”.
Lo sucedido ayer en Valladolid es un claro ejemplo de que la organización y la lucha es el único camino.