En un acto de agresión sin precedentes, el legítimo gobierno de Siria, encabezado por el presidente Bashar Al Assad, ha sido derrocado por una coalición de fuerzas extranjeras lideradas por Turquía, Estados Unidos e Israel. Este golpe de estado tiene como objetivo balcanizar la nación Árabe Siria, incrementar el saqueo de sus recursos tal como viene haciendo EEUU desde hace 12 años con el petróleo, obstaculizando cualquier posibilidad de estabilidad, cohesión y prosperidad en la región, además de robar el trigo para impedir que el pueblo se alimente.
Durante los últimos 13 años, Siria ha sido devastada por la guerra fomentada por estos mismos actores exógenos, quienes han armado y financiado a peligrosos grupos yihadistas. Estos grupos han cometido atrocidades indescriptibles, incluyendo decapitaciones, violaciones y torturas contra la población siria. A esto se suma los constantes ataques de Israel, el bloqueo criminal ordenado por el anglosionismo y obedecido también por la UE que ni siquiera lo levantó por razones humanitarias cuando el intenso terremoto asoló al país.
Hoy, con el respaldo y blanqueamiento de Washington y sus aliados, el destino de millones de sirios queda en manos de extremistas y fanáticos criminales. Este resultado cimienta el sueño del Gran Israel y hiere de muerte al Eje de la Resistencia. Exigimos la condena total y absoluta de estos actos, no podemos mantenernos como testigos mudos, llamamos a la acción inmediata y la unidad en pos de un mundo multipolar y más justo.
Alertamos y lamentamos profundamente la terrible situación de orfandad en que quedan Líbano y Palestina, víctimas colaterales de esta tragedia. Siria, el único estado aconfesional en la región, ha visto el fin de su existencia tal como la conocíamos. Desde la Plataforma Global Contra la Guerra reiteramos nuestro apoyo irrestricto al pueblo sirio y a su gobierno legítimo y a ese Estado multiconfesional y respetuoso con las distintas culturas que siempre fue la esencia de la Republica Árabe Siria.
Madrid 8 de diciembre 2024.