Crítica. Que no nos arrastren a la guerra

¿Por qué hoy los lemas “Que no nos arrastren a la guerra” y “No a la guerra” son inaceptables desde planteamientos anti-imperialistas consecuentes?

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Con este texto la Coordinación de Núcleos Comunistas (CNC) pretende abrir un debate, tanto en la Coordinadora Estatal contra la OTAN y las Bases (CECOB) como en la instancia más amplia desde la que se pretende convocar movilizaciones el 15 de marzo de 2025, acerca del grave error que supone la elección de los lemas “Que no nos arrastren a la guerra” y “No a la guerra”

 

Anticipamos que el ideario base desde el que se ha hecho el llamamiento a las plataformas y colectivos existentes en diversos territorios contra la OTAN y las Bases y que aparece como anexo de este texto, no sólo lo compartimos plenamente (hemos participado directamente en su elaboración), sino que es precisamente desde esas posiciones, desde las que consideramos profundamente incoherentes los lemas propuestos.

CNC forma parte de la CECOB y ha promovido su incorporación a la misma en los territorios en los que participa en organizaciones contra la OTAN y las Bases. Lo hemos hecho porque estimamos que la clarificación política en torno a unos puntos mínimos es indispensable para confrontar los planes de la burguesía imperialista que tienen su columna vertebral en la guerra a gran escala en Europa y en la economía de guerra.

El lema “Que no nos arrastren a la guerra” se corresponde ideológicamente con el “No a la guerra” que se pretende usar como título del borrador del manifiesto que se propone para las movilizaciones del 15 de marzo. Ingenuamente, suponemos, se pretende usar como talismán de movilizaciones masivas, el utilizado contra la invasión de Iraq y usando la lógica bien conocida de CC.OO y UGT de que rebajando planteamientos políticos acude más gente. Este planteamiento, esencialmente oportunista, desconoce que, si las movilizaciones de 2003 fueron masivas, superando el gueto mediático en el que se encierra cualquier movilización contra el poder, se debió fundamentalmente a que el PSOE utilizó a fondo su potente aparato mediático con fines obviamente electorales.

En contrapartida, de esas enormes manifestaciones no quedó prácticamente nada. Las enormes movilizaciones no sólo no pararon la guerra, con el sentimiento de derrota correspondiente, sino que no se avanzó en los niveles de conciencia de la gente, ni política ni organizativamente, de forma que el movimiento anti-imperialista en el Estado español continuó languideciendo. A ello ha contribuido decisivamente también el surgimiento y desarrollo de las posiciones de equiparación del imperialismo con los diferentes gobiernos de los países atacados, significativamente apoyados por los poderes económicos y mediáticos otanistas. La candidez de esperar que el uso de determinados eslóganes – políticamente correctos – permita romper ese muro, es asombrosa.

Los planteamientos desde los que CNC realiza la crítica, asumen la necesidad de recorrer junto a la clase obrera y sectores sociales oprimidos un largo camino de clarificación política. Para ello es imprescindible que, partiendo del nivel de conciencia actual, se vayan situando las claves que permitan confrontar con los planes de guerra a gran escala que el imperialismo prepara, con la complicidad entusiasta de gobiernos como el de PSOE-Sumar.

CNC plantea que es un grave error utilizar los lemas. “Que no nos arrastren a la guerra” “Por la paz, no a la guerra” por las razones siguientes:

  • No identifican a nuestro enemigo, que es bien concreto, la OTAN y el gobierno del Reino de España, y no es la nebulosa de la guerra en general, sino quienes la perpetran en nuestro nombre contra otros pueblos.
  • Supone un retroceso inaceptable en lo avanzado con el apoyo a la Resistencia palestina, que ha permitido arrumbar un pacifismo equívoco, ampliamente instalado desde hace décadas en las clases populares, y que ha supuesto aceptar el discurso del enemigo para tratar de terrorista a todo pueblo que enfrenta la dominación con la lucha armada.
  • En relación con el punto anterior, es inadmisible dejar el menor resquicio de duda acerca de que hay guerras legítimas, tanto desde el punto de vista de la emancipación de clase, como desde la liberación nacional. Esa ambigüedad calculada deja la puerta abierta a la duda: ¿estamos contra la guerra de Rusia contra la OTAN? ¿contra la guerra de Palestina y Líbano contra el sionismo? ¿contra las revoluciones obreras que han utilizado la lucha armada? Este asunto no plantea sólo problemas abstractos de posición política, sino que afecta a procesos que se perfilan en el horizonte, porque son precisamente las situaciones de guerra las que han engendrado revoluciones populares armadas contra la guerra imperialista y contra los gobiernos que las llevan a cabo.
  • Se sitúan estrictamente a la defensiva, “que no nos arrastren”, y ¿que nos dejen como estamos? ¿a quiénes? ¿a los europeos? ¿Cómo encaja este planteamiento con los análisis compartidos y absolutamente correctos de que estamos ante un ataque general del imperialismo otanista contra los pueblos, ya sea en Palestina, Líbano, Siria, Rusia, Cuba o China?

Por todo ello, CNC plantea que es indispensable sustituir esos lemas que contradicen esencialmente los planteamientos políticos compartidos y se sustituyan por “No a la guerra imperialista” y/o “Contra las guerras de la OTAN y el genocidio del pueblo palestino”.

Si se insiste en mantenerlos aún a pesar de las evidentes contradicciones que plantean, apelamos a la soberanía de las plataformas y organizaciones territoriales o políticas que, compartiendo los principios políticos, adopten los lemas que proponemos u otros semejantes para estas y para futuras movilizaciones.

Anexo: Propuestas de contenido político para las movilizaciones contra la OTAN y las bases

• No se van a cuestionar las posturas políticas de la Federación Rusa y de la Resistencia Palestina; nuestro único objetivo es denunciar la responsabilidad de la OTAN y de las bases norteamericanas en la guerra en Ucrania y en el genocidio en Palestina

• No vamos a exhibir posiciones de equidistancia, del tipo «ni Putin, ni OTAN», o «ni terrorismo, ni genocidio».

• Se admitirán posturas sesgadas en cuestiones concretas, siempre que se hagan desde bloques diferenciados y que no vinculen a toda la marcha, pero nunca del tipo de las mencionadas como de equidistancia.

• Identificación clara del régimen ucraniano como derivado de un golpe de estado fascista.

• La responsabilidad de la OTAN en el mantenimiento y resurgimiento del fascismo en Europa.

• La consistente actitud de la OTAN en el hostigamiento a Rusia, extendiéndose hacia sus fronteras y provocando una guerra civil en Ucrania.

• Es completamente infundado sostener que Rusia tiene intenciones de invadir Europa.

• La permanente actitud de los aliados de la OTAN en las provocaciones a Rusia para escalar el conflicto, frente a la prudente actitud de contención y disposición de ésta para llegar a acuerdos de seguridad aceptables para todos.

• La implicación española en la guerra en Ucrania únicamente responde al sometimiento de las élites a los intereses del gran capital financiero y corporativo internacional.

• Las consecuencias negativas para la clase obrera y sectores populares de la población española de nuestra implicación en la guerra: militarización de la vida, recortes en gastos sociales, recortes en libertades y derechos, mayor control social y riesgo de verse obligados a combatir en una guerra.

• Retirada de todas las unidades militares españolas en el cerco a Rusia

• Suspensión de toda ayuda de armamento y financiera al régimen ucraniano.

• Prohibición absoluta de todo comercio de armas y servicios militares y de seguridad con el estado sionista.

• Compromiso con la orden de detención de Netanyahu y Gallant.

• Apoyo a la denuncia de Sudáfrica del genocidio sionista.

• Suspensión de relaciones diplomáticas, militares, educativas, deportivas y de todo tipo con el ente genocida sionista.

• Suspensión del Acuerdo Preferente de la UE con el estado sionista.

• Prohibición de escala en puertos y aeropuertos españoles de buques y aviones transportando armamento y suministros para la maquinaria bélica sionista.

• En consecuencia con el reconocimiento del Estado Palestino, apoyarlo en todos los órdenes diplomáticos y políticos con la exigencia del fin del colonialismo y del apartheid sionistas.

• El objeto de nuestra denuncia debe ser, sobre todo, la complicidad del Estado español en ambas catástrofes como consecuencia de nuestra pertenencia a la OTAN y la existencia de las bases, desde las que operan y se abastecen las fuerzas beligerantes de EEUU y el ente sionista

• Exigencia de salida de la OTAN y cierre de las bases

1 COMENTARIO

  1. No explica abiertamente cómo el antiimperialismo ha pasado a ser un antiunipolarismo. Tampoco parece suficiente el aplaudir las guerras antimperialistas allende nuestras fronteras, para que aquende las mismas la Lucha sea tan solo de salón. Sí otr@s han pasado a métodos de Lucha superiores, ¿para cuándo lo hará el resto del mundo?, ¿será para cuando hayan acabado con lo que resta de Palestina y hasta con la Federación Rusa? Repasemos la Historia y veremos que sin Revolución propia es más imposible que difícil el apoyar a l@s revolucionari@s en Lucha en otras partes. Sí, sí, hay que crear las condiciones revolucionarias y no esperar a que, igual siendo ya demasiado tarde para reaccionar, nos las den hechas.

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