Los récords anteriores de aproximación al Sol y de velocidad también pertenecen a esta sonda, lanzada en 2018. Para superar los logros anteriores, se le permitió una maniobra gravitatoria, que el aparato realizó cerca de Venus el 6 de noviembre de este año. La fuerza gravitatoria del planeta permitió ajustar la trayectoria, dirigiendo a la sonda solar Parker a su actual posición récord.
«Ningún objeto fabricado por el hombre ha pasado nunca tan cerca de una estrella, por lo que Parker nos proporcionará datos de un territorio inexplorado», indica el ingeniero aeroespacial Nick Pinkine, director de operaciones de la misión solar Parker en el Laboratorio de Física Aplicada.
Durante el procedimiento de aproximación al Sol, el aparato no se comunicará con la Tierra debido a las posibles interferencias causadas por la radiación de la estrella. Para evitar la transmisión de datos erróneos que puedan provocar fallos, la sonda entra en silencio radioeléctrico en esos momentos críticos. Está programada para ponerse en contacto con los ingenieros el 27 de diciembre.
El objetivo de esta incursión espacial es recoger todas las muestras posibles de la corona solar, para lograr comprender cómo funciona la estrella. Su campo magnético, su composición química, las propiedades de su interior, las causas de los ciclos de actividad solar, son temas desconocidos hasta ahora.
La parte principal del programa finalizará tras dos aproximaciones solares más en 2025, pero se espera obtener financiación para la ampliación del proyecto, que puede dar mucha más información sobre los misterios del astro mayor de nuestro sistema planetario.
Los científicos estiman que la sonda se quedará sin el combustible necesario para mantener sus componentes protegidos del Sol. Y ese día, la sonda verá su glorioso final, habiendo llegado audazmente donde ningún instrumento hecho por el hombre ha llegado antes.