Alan Herchhoren (mpr21).— España es un país que cuenta-que se sepa, ya que son recuentos oficiales que distan bastante de la realidad- con más de 200.000 personas en cunetas asesinadas. Se calcula que a la URSS llegaron alrededor de 3000 niños españoles durante la Guerra de España y, al terminar ésta, una cuantiosa cantidad de refugiados.
Los servicios diplomáticos soviéticos hicieron un trabajo importante en los campos de concentración del sur de Francia, donde la democracia gala mantenía encerrados a miles de refugiados españoles que huían del fascismo. La diplomacia soviética buscó y rescató cuanto pudo de estos campos de exterminio.
En la URSS, los españoles fueron llevados a las academias militares Frunze y Voroshilov donde no sólo fueron alumnos sino que también ejercieron como profesores. Es el caso de José María Galán- hermano del héroe de la sublevación republicana de Jaca- que fue entrenado en la Academia Voroshilov y en 1959 fue enviado por la URSS a para entrenar al recién creado ejército revolucionario cubano. Es más, los primeros enviados a Cuba por el gobierno soviético eran los españoles exiliados en la URSS que podían comunicarse con fluidez con los cubanos puesto que ambos hablaban castellano: militares, médicos, personal diplomático, etc.
Se calcula que más de 200 españoles murieron en los combates contra la Wehrmacht en guerrillas que hostigaban la retaguardia, cuya misión- entre otras- era traer a las filas de la URSS a los soldados de la División Azul que combatían solamente para su limpiar su nombre o el de sus familias republicanas.
Como contábamos en un artículo anterior, el periódico Novorossiyski Rabochi informó que fue uno de estos comandos el que trajo los planos de la bomba atómica que planeaban desarrollar los nazis. Esto permitió al científico soviético Abraham Yoffe convencer a Stalin de la urgencia de su desarrollo.
Los Niños de la Guerra fueron educados en los mejores colegios y universidades, trabajaron como médicos o ingenieros en los mejores hospitales y las más imponentes fábricas soviéticas. Pero lo más importante es que enseñaron su Historia, su cultura y su lengua. Incluso fueron empleados en las escuelas diplomáticas soviéticas, como reconocía el Ministro Consejero de la Embajada rusa en España Dimitry Sokolov en un acto organizado en febrero de 2024 en Madrid por la Plataforma contra la OTAN y las bases, con motivo del aniversario de la victoria de Stalingrado. Su profesora de español era una de las Niñas de la Guerra.
En el Parque de la Victoria de Moscú, el único país que cuenta con un monolito propio por su contribución a la lucha contra el nazismo es España. En este mismo parque existe un museo dedicado a la Gran Guerra Patria donde precisamente uno de los paneles dedicados a las guerras contra la URSS en el exterior, está dedicado a España. La imagen que lo ilustra es la de los tanques T-26 soviéticos avanzando sobre los tanques de la Italia fascista en la Batalla de Guadalajara que trajo una de las victorias más importantes para los republicanos.
En la ciudad rusa de Vladikavkaz en Osetia del Norte existe un mural dedicado al general soviético Haddji Umar Mamsurov, al que los republicanos apodaron «Santi» donde se dibuja su efigie frente al dibujo de la silueta de España. El mariscal soviético Rodión Malinovsky que fue Ministro de Defensa de la URSS en los 50 fue el encargado de traer la ayuda militar y material a España. Su hija recordaba- en una entrevista en 2010- que cuando murió en 1967: en su cartera llevaba un salvoconducto firmado por la Junta de Defensa de Madrid en 1937, junto con una foto de ella y su mujer.
No es casual que en las universidades rusas se siga estudiando a día de hoy a los poetas antifascistas españoles como Machado, Lorca o Miguel Hernández que cuenta con un Centro de Estudios Hernandianos. La nación que venció al nazismo se acuerda con cariño de nuestra España.
Es necesario recordar las palabras que dedicó Vladimir Putin a Josep Borrell cuando le recordó que si el golpe de 1936 hubiera estallado hoy: el gobierno ruso estaría del lado de los republicanos y Borrell del lado franquista.
90 años después se acuerdan bien de que vinieron para luchar contra el fascismo.
España fue la primera escuela del ejército ruso.