«Con el crecimiento de un grupo más grande, los BRICS no solo ganan una presencia más fuerte en la economía, sino que también desempeñan un papel cada vez más importante en el avance de la creación de un mundo multipolar», señala el medio.
El director del Instituto de Países en Desarrollo del Instituto de Estudios Internacionales de China, Wang Youming, dijo a medio que la inclusión de estos nueve países como socios pone de relieve el creciente impulso del movimiento mundial para reformar un orden internacional injusto e inequitativo, en particular a raíz del ascenso colectivo del Sur Global.
De acuerdo con el portal chino, la expansión de los BRICS ha encendido las alertas de la prensa occidental, que ha tratado de rivalizar al grupo con las potencias hegemónicas.
«El BRICS es una organización no occidental, pero no es antioccidental. Desde su creación, el BRICS ha articulado claramente su papel y su misión: no empezar de nuevo, no involucrarse en enfrentamientos entre bandos y no buscar reemplazar a nadie», se lee en el texto.
«Su modelo de cooperación multilateral evita los juegos de suma cero entre grandes potencias y ofrece un paradigma más inclusivo para las relaciones internacionales. Es esta inclusividad la que ha llevado a muchos países del sur global a apresurarse a solicitar su membresía en la familia BRICS», abunda.
El editorial de Global Times considera que la fuerza impulsora detrás del desarrollo de los BRICS es la creciente demanda de los países en desarrollo de un orden internacional más justo y equitativo, pues en las últimas décadas el mundo ha soportado cada vez más el peso de las acciones hegemónicas de las potencias occidentales.
Ante ello, las naciones que conforman los BRICS no solo han logrado avances notables en su propio desarrollo, sino que también han prosperado a través de la colaboración, «todo ello al tiempo que abogan por el cambio hacia un sistema global multipolar».
De acuerdo con Global Times, los BRICS ofrecen no solo oportunidades de cooperación económica, sino que también crean una plataforma «para que los países en desarrollo tengan voz y participen en la reforma de la gobernanza global», a través de la cual el Sur Global «puede liberarse de la tradicional presión geopolítica de ‘tomar partido’ y buscar una mayor autonomía en un mundo multipolar».
«Los BRICS no han seguido el camino occidental de formar bloques exclusivos, sino que han trazado un nuevo camino de diálogo, no de confrontación; de asociación, no de alineamiento», concluye.