C. Suárez (Unidad y Lucha).— El imperialismo anglo-sajón-sionista consiguió su objetivo de derrotar a la resistencia siria de Bashar al-Ásad, que se negaba a las exigencias de su mandato dictatorial.
El colonialismo nunca suelta a su presa, incluso después de la formal independencia. En el actual orden internacional las antiguas metrópolis no abandonan sus objetivos de dominación, saqueo y expolio.
Siria ha jugado un papel decisivo en el apoyo a la lucha del pueblo palestino. Su situación geopolítica, con fronteras con Líbano, Palestina ocupada, Turquía e Irak, y la posición firme de Al Asad en defensa de la lucha de liberación del pueblo palestino y su Resistencia, han sido decisivas.
En 2011 se inició el ataque multifacético y multilateral del imperialismo contra Siria y su dirigencia política. Los EE UU, con la participación de sus satélites, activaron todo tipo de estrategias bárbaras para destruir Siria.
Recordemos a los cortadores de cabezas, en nombre del Islam (político). El frente Al Nusra fue uno de los instrumentos creados y financiados para imponer el terror sin límites contra el pueblo sirio. Y los kurdos, que en un tiempo lucharon heroicamente por su Estado kurdo pagando un alto precio, terminaron alineándose con las estrategias del imperialismo, con la pretensión de que por esa vía alcanzarían su objetivo estratégico. Primero cuando la invasión yanki de Irak en los noventa, y luego en la guerra del terror contra Siria.
Los medios de comunicación del sistema han jugado en todo este tiempo un papel decisivo en la manipulación de los hechos y en el embrutecimiento de la opinión pública internacional. A ese terrorismo terminal organizado y financiado por la CIA, el MI6, el Mosad, el CNI, etc., se le denominó “un movimiento de rebeldes”. Y así hasta los mismos hechos del 8 de diciembre. “Los rebeldes entran en Bagdad”.
El rápido colapso final, más allá de claves internas que se irán clarificando, tiene mucho que ver con la traición de una parte de altos mandos comprados del Ejército Árabe Sirio. Ello tuvo consecuencias letales, e hizo inviable cualquier ayuda por parte de otro país en esa tesitura. Rusia no tuvo ningún margen de maniobra cuando ya las cosas estaban en ese punto. Ahora quedan los iniciales núcleos de resistencia.
Una cuestión a estudiar son los acuerdos de Astaná del año 2017. ¿Fue un error confinar a determinados grupos terroristas en el norte? ¿Había condiciones, o se tenía que ir más allá? Ciertamente es un tema para un concreto análisis objetivo. Quizás se realizó una evaluación voluntarista de las estrategias posibles del imperialismo, y se les dejó ahí el germen de su desarrollo final para la destrucción de Siria.
El sionismo se ha lanzado de forma frenética a la ocupación y destrucción de Siria. Ocupa por completo el Golán y destruye todo lo que puede en Siria, especialmente sus recursos militares. El genocida Netanyahu no tiene ninguna confianza en el nuevo bloque de poder en Siria, y los quiere rendidos.
La destrucción de Siria es un fuerte golpe para la estrategia del Eje de la Resistencia, de eso no cabe duda. Ninguna institución internacional condena estas acciones del sionismo, y EE UU aplaude.
Pero cometen un grave error de apreciación quienes piensan que Israel ha ganado. Eso sería un simplismo propio de quienes no entienden la lucha heroica del pueblo palestino.
El acumulado político del Eje de la Resistencia desde el 7 de octubre de 2023 ha creado una base material extraordinaria en la lucha por la liberación frente al ocupante sionista. La barbarie genocida sin límites de Netanyahu y sus carniceros les ha llevado a la situación más débil que nunca ha tenido la entidad sionista en su historia, con muy graves consecuencias en relaciones internacionales.
Ahora las organizaciones revolucionarias, y las luchas antiimperialistas, enfrentamos nuevas coordenadas de la lucha de clases. Es necesario actuar con rigor, sacar conclusiones, e intervenir con decisión y audacia.
Como colofón de todos estos hechos, y de una forma lógica, llega el Presidente Trump.
El imperialismo yanki necesita un poder político absoluto y sin límites. Un poder que destruya cualquier obstáculo que se interponga con su hegemónico proceso de acumulación de capitales.
El Frente Mundial Antiimperialista, con la forma de Internacional Antifascista, o con otras formas que se construyen en diferentes lugares y con diferentes protagonistas, es la tarea necesaria para abrir el camino a las revoluciones socialistas, y acabar con esta barbarie.
La CIA y los trotskistas celebran al unísono la destrucción de Siria. Ni la una ni los otros tienen futuro alguno. Adolfo Suárez se llama Julani, los yankis lo liberaron de una prisión de alta seguridad en Irak hace años. Pero Siria no es España.
La clase obrera vencerá, destruirá a las grandes potencias imperialistas y se abrirá el camino al inicio de la construcción de la sociedad socialista mundial.
La lucha termina el día de la victoria.