Edurne Batanero (Unidad y Lucha).— En diciembre volvió a saltar a los medios la noticia de que uno de los hijos de Juana Rivas corría peligro con su padre, tal y como afirmó ella, tal y como decían los informes. muchos se sorprendieron, ¿Pero es que este caso no va a acabar nunca? Efectivamente, la desprotección a la infancia, la situación de las madres protectoras no ha cambiado, pese a númerosos toques de atención a la justicia española por la gestión de los procesos judiciales de agresiones sexuales a la infancia, seguimos viendo cómo se aplica el SAP, como se las tacha de madres histéricas y vengativas. El machismo crea nuevos términos pseudocientíficos para, poniéndolos en el punto de mira, para que si denunciamos, seamos nosotras las que acabemos imputadas, para asegurarse que, pese a las campañas de concienciación para nombrar la violencia y denunciarla, dominan los términos, aunque sean desacreditados y se aseguran de que la justicia, lo siga siendo para ellos.
Durante este mes, salió también el informe del GREVIO, que expone que “ordenar la custodia y los derechos de visita sin tener suficientemente en cuenta los antecedentes de violencia doméstica, y sin una evaluación suficiente de los riesgos para la seguridad de los niños y sus madres, no cumple con los requisitos del artículo 31 del Convenio de Estambul”. Alerta del uso continuo del Síndrome de Alienación Parental, y sus consecuencias de aumentar el riesgo de violencia contra mujeres e hijos, y de que sea ocultada o pase desapercibida, “ya que ignora la naturaleza de género de la violencia doméstica y los aspectos esenciales del bienestar infantil”.
¿De qué sirve la forma de estos convenios, los informes como ese, y como el Consejo de Europa evidencia la desprotección, si se queda en papeles y textos, sin modificar la situación y la desprotección en que vivimos?
La aplicación de este síndrome supone la aceptación de prejuicios sexistas hacia las madres en los procesos judiciales, junto con la necesidad de prevención en cuanto a la revictimización dentro del sistema de justicia hacia las mujeres víctimas de violencia, remarcando la necesidad de dejar de culpar, desacreditar, exagerar sus responsabilidades, y poniendo fin a la práctica de quita de custodia a la figura no maltratadora, amparada por la aplicación del SAP, o conceptos similares.
El estudio presentado en 2023 Violencia institucional contra las madres, (¿Es este el nombre del estudio? Si lo es, habría que destacarlo)expone los castigos desde el sistema judicial que se están ejerciendo a las madres que denuncian agresiones sexuales a sus hijos, que van desde pérdidas de custodia, denuncias de desobediencia o sustracción, hasta el arrancamiento, amparadas en el falso Síndrome de Alienación Parental. En la mayor parte de los casos de denuncia de agresión sexual intrafamiliar de progenitores a hijos e hijas, según este informe, después se ven inmersas en procesos que penalizan sus medidas de protección, llegando a ser un 72% de las mujeres que llevan esas denuncias de violencia sexual o de género las que luego se ven en estos procesos judiciales. Estos procesos van desde las acusaciones de denuncias falsas, falsedad documental, hasta el quebrantamiento del honor del padre, por daño moral, injurias, revelación de secretos en relación a grabaciones.
Para nosotros y nosotras, las comunistas, está claro que no son los toques de atención de la justicia europea lo que nos importa, es importante la redacción de documentos que arrojen luz sobre lo que ocurre, para que podamos informarnos y así seguir informando, pero la violencia es mucho más profunda, y no es el toque de atención del Consejo Europeo lo que hace falta para remediar esta situación.