Elon Musk confirmó en sus redes sociales que el cohete, considerado el más grande y poderoso del mundo, se deshizo en pedazos y sus restos chocaron contra la Tierra.
«¡El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado!», escribió Musk en una publicación en la plataforma de redes sociales X, junto con un video en el que se ven los restos de Starship mientras descienden en algún lugar del planeta.
En una publicación posterior, Musk explicó que la falla que derivó en la pérdida de una de las partes del cohete podría haber sido una fuga de oxígeno/combustible que excedió la capacidad de ventilación. «Hasta ahora, nada sugiere posponer el próximo lanzamiento más allá del mes próximo», añadió.
Durante la transmisión en vivo, los presentadores señalaron que se había perdido contacto con el cohete, que debía amerizar en el océano Índico. Minutos después, SpaceX confirmó que el cohete presentó un desmontaje rápido e imprevisto.
«La nave espacial Starship sufrió un desmontaje rápido e imprevisto durante su ascenso. Los equipos seguirán revisando los datos de la prueba de vuelo de hoy para comprender mejor la causa raíz», señaló SpaceX en la red social X.
La nave, que despegó sin problemas desde la base en Boca Chica, en el sur de Texas (EEUU) en la frontera con México, debía cruzar el golfo de México en una vuelta al mundo similar a la de anteriores vuelos de prueba.
A diferencia de la nave ascendente, la primera etapa del cohete, el Super Heavy, logró regresar a tierra, a la base, y ser atrapada por las pinzas, como sucedió en la prueba anterior.
Según había explicado la empresa de Musk, la nave había sido mejorado para este séptimo vuelo de prueba y la parte destruida llevaba por primera vez carga al espacio, una decena de réplicas de satélites de internet Starlink.
Hasta el momento, Space X no ha difundido alguna comunicación oficial sobre la desintegración de la nave Starship.
