Hasta hace poco, en el desierto del Sahara la agricultura estaba confinada a los oasis. Aquella agricultura tradicional debía su éxito a conocimientos ancestrales desarrollados a la sombra de las palmeras.
Desde los años ochenta se practica en vastas zonas desérticas utilizando aspersores que permiten el riego de campos de 40 hectáreas. Para ello la agricultura sahariana debe afrontar enormes desafíos: disponibilidad de agua, altas temperaturas, lejanía de los lugares de consumo, gasto de energía y financiación.
Gracias al clima meridional, los mercados están ahora abastecidos durante todo el año con tomates, pimientos, calabacines y otras verduras. Este tipo de actividad ha atraído a agricultores del norte del país y a los jóvenes que buscan empleo. Inversores como el grupo Souakri han lanzado proyectos para producir tomates cherry a gran escala para exportarlos a Europa.
Entre los éxitos de la agricultura sahariana, la producción de patatas en la región de Oued Souf, en el extremo sureste de Argelia, ocupa un lugar especial. Iniciado como un experimento, el desarrollo de aspersores de una hectárea ha permitido su expansión gracias a la participación de agricultores con recursos limitados.
Hoy día el desierto produce una gran proporción de las patatas que se consumen en Argelia. En febrero de 2022 los servicios agrícolas estimaban una producción de 400.000 toneladas de patatas en Oued Souf.
El desarrollo de la horticultura de invernadero es otro aspecto de las nuevas explotaciones del desierto que está en plena expansión. En 2016, en la región de Biskra, el valor total de los créditos de campaña otorgados a los agricultores por los comerciantes de semillas se estimó en 530 millones de dinares y solo el mercado de El Ghrous, en Biskra, es frecuentado por más de 500 agricultores y 120 mayoristas.
La producción de remolacha azucarera en una zona árida
Uno de los éxitos del cultivo a gran escala es la producción de forraje para el ganado. Con la producción de maíz para alimentar al ganado, la región de Menia ha permitido a Ghardaia convertirse en un centro lechero.
Argelia ha empezado a depender del Sahara para producir gran parte de la leche que necesita. El año pasado se puso en marcha un proyecto para crear una granja gigante de 270.000 vacas, la más grande del mundo, en la región de Adrar.
La inversión asciende a 3.500 millones de dólares para producir leche en polvo, forrajes, carne y cereales. El dinero procede tanto de Argelia como del grupo qatarí Baladna.
Lo mismo ocurre con el cultivo de trigo en Adrar, Menea o Timimoun, en el que el grupo italiano BF participa junto al Fondo Nacional de Inversiones con 400 millones de dólares. La producción alcanza más de dos millones de toneladas, incluidas las semillas utilizadas en casos de sequía en el norte.
Caña de azúcar: del trópico al desierto
Otro proyecto es el de producir azúcar a partir de remolacha y caña de azúcar en el desierto. La caña de azúcar ya existe en el sur por iniciativa de pequeños productores que venden miel de caña. Hay otro proyecto italo-argelino de cultivo de caña de azúcar en la comarca de Hassi El Gara, en Menia.
En cuanto a la remolacha azucarera, un inversor privado realizó en 2022 las primeras pruebas en varias decenas de hectáreas en Gassi Touil (Ouargla).
Una empresa privada argelina también va a producir remolacha azucarera y una unidad de procesamiento con una capacidad de 500.000 toneladas anuales en las provincias de Menia, Ouargla y Ghardaia, sobre una superficie total de más de 285.000 hectáreas.
Mientras, un grupo público va a producir remolacha azucarera y de tratamiento, con una capacidad de 60.000 toneladas en las provincias de Ouargla y Touggourt, con una superficie de más de 20.000 hectáreas.
La producción de azúcar en zonas áridas no es nueva. Con la refinería de azúcar del Canal, situada a 250 kilómetros al sur de El Cairo, Egipto está desarrollando el cultivo de remolacha azucarera de regadío. El país tiene una vasta experiencia en materia agronómica y logística.
Eso será si lo permiten los canallas OTANianos.
Lo mismo deseaba hacer Gadafi en Libia, y los Terroristas de la Alianza Norte no pararon hasta que se lo cargaron y destruyeron el país.
Igual que con Irak o Siria.
Los yanquis y lamebotas adjuntos no pueden consentir un país árabe avanzado, con derechos sociales y prosperidad.