Atul Aneja (Katehon).— El asombroso éxito del chatbot chino de inteligencia artificial DeepSeek (que significa “búsqueda profunda” o “búsqueda exhaustiva”) ha conmocionado, aterrorizado y desmoralizado al universo tecnológico liderado por Estados Unidos.
No es de extrañar. Los arrogantes gobernantes del universo cibernético, con sede en lugares como Silicon Valley, han creído durante mucho tiempo en el mito de que tienen un derecho divino a liderar la industria tecnológica mundial. De hecho, cuesta creer que jóvenes advenedizos de la humilde Hangzhou estén echando por tierra el mito de que han nacido para comandar el ciberespacio para siempre.
Pero si los gigantes occidentales de la tecnología fueran más modestos y no vivieran en una burbuja creada por ellos mismos, habrían podido eludir su terrible situación.
Entonces, ¿cómo consiguió China salirse con la suya con el Sputnik, que asestó un golpe psicológico tan aplastante al intelectual colectivo occidental?
Hay al menos tres factores principales que explican por qué los infatigables técnicos neoconfucianos de China han causado tanto furor en la industria tecnológica al entrenar un chatbot de inteligencia artificial avanzada por unos míseros 5,58 millones de dólares. Esto ha avergonzado enormemente a la clase dirigente de los sacerdotes de la tecnología, que han gastado mucho más para producir, desde el punto de vista de los usuarios, sólo productos similares.
En primer lugar, los astutos dirigentes de la República Popular China (RPC) han trazado minuciosamente el panorama general, detallando un calendario para el ascenso de China en el que los desarrolladores de inteligencia artificial desempeñan un papel clave y bien definido.
El desarrollo de la inteligencia artificial -la clave de la avanzada Industria 4.0 que ya estaba en el punto de mira- recibió un gran impulso en 2017 durante el XIX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh). Al término del congreso, que suele celebrarse cada cinco años, el Presidente chino, Xi Jinping, pronunció un discurso fundamental.
Durante más de tres horas, Xi Jinping esbozó la estrategia general de China. Hablando en el ornamentado Gran Salón del Pueblo, el líder chino anunció los objetivos del bicentenario del país. Afirmó inequívocamente que el objetivo primordial de su país sería erradicar la pobreza absoluta para 2021, año en que Shanghai celebra el centenario de la fundación del PCCh. Ese objetivo ya se ha alcanzado al duplicar el PIB de China en una década desde la cifra de 2010.
El segundo objetivo era aún más importante. Xi Jinping dejó claro que en 2049, centenario de la fundación de la RPC, China se convertiría en un líder mundial al alcanzar el éxito en todos los campos del quehacer humano. Con ello, el pueblo del país hará realidad su «sueño chino».
Para alcanzar estos asombrosos objetivos, los chinos ya se han procurado las materias primas necesarias, incluida la inteligencia artificial.
Durante su XIV Plan Quinquenal, que finaliza este año, los planificadores chinos han identificado el papel crucial de la economía digital, centrándose en sectores clave como el big data (macrodatos, conjuntos de datos extremadamente grandes, complejos y a menudo demasiado voluminosos para procesarlos con los métodos tradicionales; pueden proceder de diversas fuentes, como redes sociales, sensores, datos transaccionales, etc.; se utilizan en medicina, finanzas, comercio minorista, transporte y telecomunicaciones, entre otros usos), el blockchain (tecnología de registro digital descentralizada y repartida que registra transacciones a través de múltiples ordenadores de tal forma que las transacciones registradas no pueden alterarse con carácter retroactivo. registrar transacciones de forma digital, descentralizada e inmutable; se utiliza para rastrear y comercializar activos, como dinero, propiedades o derechos de autor) y la inteligencia artificial para impulsar el progreso digital de China.
En cuanto a la IA, el plan consistía en desarrollar algoritmos avanzados, que pueden verse en el modelo DeepSeek, y aplicarlos a la fabricación industrial, la tecnología financiera y la sanidad. También se pretendía integrar la IA con la computación cuántica. Con ello se pretendía aumentar la potencia de cálculo necesaria para resolver problemas complejos con rapidez. Los planificadores chinos vieron un papel importante para la IA en la creación de ciudades inteligentes, aldeas digitales, la mejora de los servicios gubernamentales y el nivel de vida de las personas.
En segundo lugar, los chinos iniciaron su largo viaje para crear una cultura y un ecosistema de alta tecnología originales, innovadores y con garantías de éxito.
En este punto, es importante entender cómo los chinos están desarrollando las tecnologías digitales, incluida la inteligencia artificial.
En un perspicaz artículo publicado en el South China Morning Post, el economista Kok Hau Lee señala tres factores clave del éxito cada vez mayor de China.
Señala que China está utilizando su vasto mercado interno para lograr economías de escala, lo que se traduce en una producción de bienes a bajo coste sin sacrificar la calidad. Con una población de 1.400 millones de habitantes, China cuenta con una amplia base de consumidores que permite a las empresas aumentar la producción, una situación difícil de reproducir en otros mercados.
Hablando del sector de los teléfonos inteligentes (smartphones), Li destaca marcas chinas como Huawei Technologies, Xiaomi, Oppo y Vivo. Estas empresas se centraron en satisfacer las necesidades de un vasto mercado nacional antes de expandirse al mercado mundial. «Esta capacidad de expandirse principalmente a nivel nacional proporciona una ventaja crucial sobre los socios internacionales que operan en mercados más pequeños», señala Lee.
El autor también subraya que el enfoque chino centrado en el usuario es un factor clave para innovar «sobre la marcha». Agrega que las empresas chinas son muy sensibles a las opiniones de los usuarios y se apresuran a incorporarlas en productos mejorados. Los amplios datos sobre el comportamiento y las preferencias de los consumidores procedentes del vasto mercado chino dan a las empresas chinas la capacidad de innovar y mejorar los productos.
Por último, la feroz competencia nacional en campos avanzados, incluida la inteligencia artificial, ha dado lugar a una rápida innovación en toda China, tomando al mundo por sorpresa.
Por ejemplo, a diferencia de Europa, la feroz competencia por la cuota de mercado entre las marcas de coches eléctricos -BYD, Nio, Li Auto y Xpeng- está reduciendo los costes y mejorando la calidad de los productos. «Este incesante afán por superar a los competidores ha fomentado una cultura de la innovación que impregna el ecosistema tecnológico chino», afirma Li.
En tercer lugar, la situación post-Covid-19, caracterizada por una mayor hostilidad geopolítica por parte de Occidente, unida a una ralentización de la economía nacional impulsada en gran medida por la debilidad de los motores económicos tradicionales, incluidos el sector inmobiliario y las infraestructuras, ha obligado a China a buscar nuevas fuentes de éxito económico, entre ellas la inteligencia artificial.
Recientemente, los dirigentes chinos han instado a los ejecutivos de la industria a centrarse en el sector tecnológico del país en busca de nuevos motores de crecimiento económico.
El propio presidente chino, Xi Jinping, pidió en la reunión «autosuficiencia tecnológica y mejora de alto nivel» e «impulso al desarrollo sostenible» en 2025, años en los que se aplicará el XIV Plan Quinquenal.
Xi Jinping ha autorizado a la cámara empresarial, la Federación de Industria y Comercio de toda China, a orientar al sector privado para fomentar el espíritu emprendedor e impulsar su autoconfianza.
¿Por qué Hangzhou?
Para impulsar la innovación digital, China ha elegido Hangzhou, lugar de origen de DeepSeek, como destino clave para el desarrollo de la inteligencia artificial.
Hay varias razones por las que Hangzhou se considera el centro de la inteligencia artificial. En primer lugar, Hangzhou cuenta con muchos profesionales de talento. La ciudad puede recurrir a varios institutos de investigación, como la Universidad de Zhejiang, que lleva liderando la investigación en inteligencia artificial desde 1978. La ciudad cuenta con más de 7.000 personas que trabajan en inteligencia artificial, una reserva de talento que atrae naturalmente a los inversores en IA.
Hangzhou también se ha convertido en una ciudad digital favorita gracias al tradicional apoyo de su gobierno local, ejemplificado por el establecimiento aquí del Parque de Innovación 5G.
En la actualidad, alberga la Ciudad de la Inteligencia Artificial de China, un distrito especializado en el centro científico y tecnológico del futuro de Hangzhou, centrado en big data, computación en la nube, Internet de las Cosas y desarrollo de chips.
De hecho, Hangzhou ha identificado cuatro distritos -Yuhan, Xiaoshan, Binjiang y Xihu- como zonas piloto para el desarrollo de la inteligencia artificial, utilizando sus recursos y conocimientos.
Además, la presencia de Ali Baba, el gigante del comercio electrónico, ha aumentado bastante el atractivo de Hangzhou, reforzando enormemente el ecosistema de inteligencia artificial de la ciudad. Las iniciativas de Alibaba incluyen la tecnología ET Brain, que tiene varias aplicaciones en diversos campos, como la sanidad y la tecnología financiera.
Como era de esperar, atraídas por la sólida infraestructura de inteligencia artificial y la cultura digital de Hangzhou, además de DeepSeek, Hangzhou alberga empresas como Rongyi.Big, Intellifusion, CloudWalk Technology y Terminus Technologies. Estas empresas llevan a cabo investigaciones punteras para utilizar aplicaciones de inteligencia artificial en el comercio electrónico, el análisis de vídeo, las soluciones para ciudades inteligentes y la integración de Internet de las Cosas.
Otros iconos digitales de Hangzhou son el fabricante de robots para perros Unitree y Game Science, que se hizo famosa tras desarrollar el videojuego AAA Black Myth: Wukong.
Es importante entender que el éxito de los chinos se debe en gran medida a su fuerte compromiso con la tradicional ética confuciana del trabajo. Esto incluye respetar y promover el trabajo duro y la diligencia, basándose en la creencia de que el esfuerzo persistente y la mejora continua producen resultados deseables. El respeto a la autoridad y la jerarquía es otro atributo importante de la cultura confuciana. En el lugar de trabajo, esto significa mostrar respeto por los mayores y los superiores.
La ética confuciana también concede gran importancia a la armonía y la cooperación en un grupo. El trabajo en equipo y la cooperación para alcanzar objetivos colectivos se valoran más que las victorias individuales.
Además, se fomenta el aprendizaje permanente y la superación personal, lo que significa la búsqueda incesante del conocimiento, el desarrollo de habilidades y el crecimiento profesional en el lugar de trabajo.