El proceso penal, el primero de su tipo a un exjefe de Estado colombiano, seguirá tras una primera comparecencia del acusado en el juzgado, la cual ocurrió el pasado jueves.
Uribe, cuya participación fue virtual, declinó considerarse culpable en la audiencia e insistió en que su caso tiene motivaciones políticas.
“No tiene riesgos de que me vaya a declarar culpable, señora juez”, respondió el expresidente a la magistrada.
La génesis del caso contra Uribe se remonta a 2012, cuando el exmandatario denunció al senador Iván Cepeda por presuntamente dar beneficios a testigos para que señalaran al expresidente y a su familia de tener nexos con los paramilitares.
Tras examinar el alegato expuesto, la Corte Suprema de Justicia archivó la denuncia y determinó que era Uribe quien levantaba falso testimonio contra Cepeda.
Ante esa situación, se vio obligado en 2020 a renunciar a su escaño de senador para dejar el afuero, permitiendo que su caso pasara a la justicia ordinaria.
En ese entonces, sin embargo, la Fiscalía decidió que no había pruebas suficientes para procesarlo judicialmente.
No obstante, el 16 de enero del pasado año, el fiscal primero delegado ante la Corte Suprema de Justicia, Gilberto Villarreal, reabrió el caso y afirmó que existían suficientes elementos para imputarlo por los cargos de soborno a testigos y fraude procesal.
Al tomar en cuenta las evidencias, la Fiscalía acusó al exjefe de Estado y consideró que contó con apoyo consciente, deliberado y sistemático de múltiples personas, quienes lo ayudaron a idear medios probatorios para dar cuenta de hechos o situaciones confusas que no se correspondían a la realidad.