Sam Nujoma, que luchó contra el apartheid y por la independencia de Namibia y fue conocido oficialmente como el «padre fundador» del país, ha fallecido el sábado en Windhoek a los 95 años. Le sobreviven su esposa Katjimune Nujoma, y una numerosa descendencia de hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.
“Nuestro Padre Fundador vivió una larga y significativa vida en la cual sirvió excepcionalmente al pueblo de su amado país. Él nos inspiró a levantarnos y convertirnos en los amos de este vasto territorio de nuestros ancestros”, indicó una declaración firmada por el presidente de Namibia, Nangolo Mbumba. Nujoma estuvo hospitalizado los últimos tres meses por una enfermedad de la cual “no se pudo recuperar”, explicó Mbumba en el comunicado.
Su muerte pone fin a la vida de uno de los últimos héroes de la liberación que quedaban en el sur de África. Fue el último de una generación de líderes africanos que sacaron a sus países del dominio colonial o erradicaron los sistemas apartheid de la minoría blanca, entre los que se incluyen el sudafricano Nelson Mandela, el zimbabuense Robert Mugabe, el zambiano Kenneth Kaunda, el tanzano Julius Nyerere y el mozambiqueño Samora Machel.
Nujoma fue presidente de Namibia, hoy con 3,1 millones de habitantes distribuidos en 825,615 kilómetros cuadrados (la mayor parte un gigantesco desierto), durante 15 años tras la independencia en 1990. Garantizó la reconciliación nacional con su lema «Una Namibia, una nación» y promovió vigorosamente los derechos de las mujeres y los niños.
Namibia se convirtió en colonia alemana en 1884, bajo el mandato de Otto von Bismarck, para evitar la invasión británica, y se denominó África Sudoccidental Alemana (Deutsch-Südwestafrika).
De 1904 a 1907, los herero y los namaqua se alzaron en armas contra los despiadados colonos alemanes. En una calculada acción punitiva por parte de los colonos alemanes, los funcionarios del gobierno ordenaron la extinción de los nativos en el genocidio OvaHerero y Namaqua. En lo que se ha denominado el «primer genocidio del siglo XX», los alemanes mataron sistemáticamente a 10.000 namaqués (la mitad de la población) y aproximadamente a 65.000 hereroqués (cerca del 80% de la población).
Los supervivientes, cuando finalmente fueron liberados, fueron sometidos a una política de desposesión, deportación, trabajos forzados, segregación racial y discriminación en un sistema que en muchos aspectos prefiguraba el apartheid establecido por Sudáfrica en 1948. La mayoría de los africanos fueron confinados en los llamados territorios nativos, que bajo el dominio sudafricano después de 1949 se convirtieron en «homelands» (bantustanes).
El ministro alemán de Ayuda al Desarrollo pidió perdón por el genocidio de Namibia en 2004. Sin embargo, el gobierno alemán de Gerhard Schröder se distanció de esta disculpa y dijo que no la asumía oficialmente. Fue hasta 2021, el gobierno alemán no reconoció el genocidio y acordó pagar mil 100 millones de euros en 30 años en concepto de ayuda comunitaria.
La Organización Popular de África Sudoccidental (SWAPO) de Nujoma ha gobernado ininterrumpidamente desde la independencia y ganó las elecciones del año pasado con el 58% de los votos.
Nacido como Samuel Shafishuna (rayo) Daniel Nujoma el 12 de mayo de 1929 en Etunda, Ovamboland, al norte del país, el primero de 11 hermanos. Sus padres eran agricultores y Nujoma pasó sus primeros años cuidando de sus hermanos, cuidando ovejas y cabras. Nujoma estudió en la escuela de los misioneros finlandeses de Okahao.
A los 17 años fue contratado en la ciudad costera Walvis Bay, donde trabajó en una estación ballenera, en lo que entonces era el Sudoeste de África (Namibia), una colonia alemana administrada por la Sudáfrica del criminal sistema del apartheid. Luego trabajó en 1949 en Windhoek como limpiador en los Ferrocarriles Sudafricanos. Fue entonces cuando empezó a participar políticamente en el movimiento de trabajadores por contrato organizados.
En 1959, Nujoma fue cofundador de la Organización Popular de Ovamboland, que inició una nueva oleada de resistencia contra el dominio colonial. En las protestas de desalojo forzoso que se produjeron en esa época, la policía mató a 11 manifestantes e hirió de gravedad a 44. Esto marcó un punto de inflexión en la Resistencia, ya que los activistas políticos se enfrentaban a una represión cada vez mayor.
Nujoma fue detenido por varias semanas y al año siguiente abandonó el país para exiliarse y hacer campaña a escala internacional. En abril de ese mismo año, la Organización Popular de Ovambolandia se convirtió en la Organización Popular de África Sudoccidental (SWAPO), y Nujoma fue su primer Presidente, cargo que ocupó hasta 2007.
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Durante las tres décadas siguientes viajó por todo el mundo, haciendo campaña por el fin de las leyes racistas y por la independencia de Sudáfrica. Consiguió armas para el brazo armado de la SWAPO, que libró su primera batalla contra las tropas sudafricanas en 1966.
En 1967, la SWAPO se alzó oficialmente en armas en su lucha contra la ocupación sudafricana. La guerra duró más de 20 años, con miles de muertos entre la población negra, asesinados por las tropas racistas surafricanas respaldas por los regímenes de Holanda, Gran Bretaña y Estados Unidos.
En la década de 1970, la Swapo obtuvo el reconocimiento de la ONU como representante legítima del pueblo de Namibia, pero su lucha por la independencia se enredó en la guerra fría.
Sudáfrica insistía en que necesitaba mantener Namibia como amortiguador frente a Angola, cuyo movimiento de liberación MPLA, que avanzaba inexorablemente y los racistas tenían miedo que los derrocaran.
Nujoma regresó del exilio en 1989. En sus memorias de 2001, Where Others Wavered (“Donde otros vacilaron”), escribió que «se arrodilló y besó el suelo» de su amado país. Ganó las elecciones con el 57,3% de los votos, porcentaje que aumentó hasta el 76,3% y el 76,9% en dos nuevas victorias.
Durante su primer mandato como Jefe de Estado (de 1990 a 1995), al igual que el Padre de la Nación de Sudáfrica, Nelson Mandela, Nujoma se centró en la reconciliación y la construcción nacional. Aceptó el statu quo constitucional que mantenía intactos los privilegios de la minoría blanca mientras persistían las desigualdades sociales.
Nujoma fue Presidente durante tres mandatos después de que la Asamblea Nacional modificara exclusivamente la Constitución para que pudiera ejercer un tercer mandato (2000-2005). La cláusula se limitó a él. Se retiró de la presidencia de la SWAPO en 2007. La Asamblea Nacional le concedió el título de Padre Fundador de la Nación Namibia, mientras que SWAPO lo apodó Líder de la Revolución Namibia. Su legado, una figura muy querida, perdurará.
El Presidente de Namibia, Nangolo Mbumba, declaró que Nujoma, que pasó casi 30 años en el exilio antes de que Namibia se independizara de Sudáfrica en 1990, «nos inspiró para levantarnos y convertirnos en dueños de esta vasta tierra de nuestros antepasados». Sudáfrica, colonia holandesa y británica dominada por una élite racista y criminal, había arrebatado Namibia a Alemania, a la que llamaba África Sudoccidental, durante la Primera Guerra Mundial.
La presidencia de Namibia declaró un periodo de luto nacional. «Los cimientos de la República de Namibia han sido sacudidos», declaró.
Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica, describió a Nujoma como un «extraordinario luchador por la libertad» que desempeñó un papel destacado no solo en la lucha de su país contra el colonialismo, sino también en la campaña que llevó a poner fin al dominio de la minoría blanca en Sudáfrica.
«Sudáfrica se une en el dolor a los namibios que han perdido al líder de la revolución namibia, inseparable de nuestra propia historia de lucha y liberación», declaró.