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En 1982 fue fundado el Centro Médico Sicopedagógico de Cienfuegos Gregorio T. Morgan Martínez, una institución de Salud que no ha perdido la esencia de su noble razón de ser.
Así se atiende a personas con discapacidad intelectual severa y profunda, proporcionándoles una atención médica integral y el desarrollo de habilidades, según su discapacidad.
Su director, el doctor Eugenio Figueredo Martínez, explicó que el Centro cuenta con una matrícula de 120 residentes, de los cuales 87 son internos y 33 seminternos.
Añadió que disponen de todos los servicios imprescindibles, y que el colectivo de trabajadores posee una vasta experiencia en varias especialidades; gran parte está aquí, desde la fundación, y desempeña una labor humanista y dedicada a la mejora y al tratamiento de los residentes. Muchos de ellos llegaron al centro siendo niños, y ya son adultos.
PREPARARLOS PARA UNA VIDA INDEPENDIENTE
La licenciada Aymeé Navarro Álvarez, defectóloga y vicedirectora, asume su quehacer diario segura de que, con su actuar y el de sus compañeros, prepara a los residentes para una vida adulta independiente.
Los tratan según sus capacidades, pero también a partir de sus gustos y sus preferencias, que es lo más importante. Están incorporados por talleres, por aulas, según sus necesidades y capacidades, y de acuerdo también con su tipo de discapacidad (leve, moderada y severa).
Navarro compartió que el departamento Sicopedagógico, junto a las áreas de rehabilitación y la de enfermería, son fundamentales a la hora de la ayuda y de la preparación de los residentes.
También se trabaja con pacientes plurideficientes (encamados), cuya movilidad es poca, pero a quienes activan los procesos neuro-sensoriales, para poder lograr avances como el gusto, el olfato, el oído, la movilidad y la motora fina.
La Brigada Artística es, quizá, una de las mejores muestras de cuánto puede lograrse cuando hay voluntad, amor y deseos de hacer, y que partió del trabajo de tesis de Mayra Sánchez, profesora de música.
Sánchez reflexionó que este es un lugar en el que hay personas discapacitadas, pero compensadas de sus enfermedades; por lo tanto, son sanas. No es un centro de impedidos físicos, como comúnmente suele llamársele, y pretenden cambiar esa visión mediante su trabajo.
Al frente del departamento Docente Metodológico está la máster en Ciencias Yanet Morejón Barreto, quien dijo que participan de este, ahora, 84 residentes, distribuidos en diferentes actividades: sicopedagógica, grupal, individual, estimulación basal, atención intensiva, música y educación física.
Practican diez deportes fundamentales, lo que permite la participación en olimpíadas especiales, y la interacción con otras escuelas especiales del territorio.
LOS DESTINATARIOS DEL AMOR
Para Mayelín y Ángel ha sido mucho más que una institución de Salud. Ha sido abrigo, amor, compañía, aprendizaje constante…
Ella aún visita su otra casa –de cuya matrícula ya no forma parte–, cada jornada, de lunes a viernes. Se sabe agradecida, y esa la manera de reciprocar tanta atención, durante tanto tiempo.
Ángel ha vivido aquí prácticamente casi toda su vida, y dice sentirse como Benny Moré, el Sonero Mayor. Por eso es muy feliz cuando interpreta algunas de las creaciones del hijo dilecto de Santa Isabel de las Lajas: felicidad que crece al recibir los aplausos de quienes disfrutan de su arte.
Todo ha sido posible para Mayelín y Ángel, así como para otro centenar de personas, porque existe el Centro Sicopedagógico de Cienfuegos, una obra hermosa que demuestra –como tantas otras a lo largo del país– la magnitud de la Salud Pública cubana, su nobleza, generosidad y entrega.