C. Suárez (Unidad y Lucha).— El internacionalismo proletario es un principio fundamental del marxismo, en cuanto a su concepción de la clase obrera como una sola clase mundial. Esto es determinante para cualquier proyecto revolucionario.
Por tanto, el internacionalismo es parte consustancial a la lucha revolucionaria en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento de la historia. No es algo ocasional, no es una cuestión de oportunidad o conveniencia, sino que es algo que está inserto en las señas de identidad de la organización de vanguardia del proletariado. Es, dicho de forma sencilla, una cuestión de principios.
Nuestra experiencia histórica más relevante son las Brigadas Internacionales que, desde todos los lugares del mundo, vinieron a luchar contra el fascismo y en defensa de la II República junto a la clase obrera de este país. Un hecho extraordinario, siempre insuficientemente reconocido y reivindicado. Miles vinieron a tomar las armas y arriesgar sus vidas por una cuestión de principios, de solidaridad consecuente. Un estado democrático haría hoy de esa gesta un elemento de orgullo nacional. Esta monarquía no, imposible.
Otro hito destacado fue la Operación Carlota, que la Cuba revolucionaria realizó para ayudar a la independencia de Angola. Fruto de la genialidad de Fidel y de su concepción ética de la lucha de clases internacional, así como del heroísmo sin límites de quienes se alistaron sin dudarlo un instante. “¡Nos llevaremos solamente la amistad indestructible de este gran pueblo, y los restos de nuestros muertos!» (Raúl Castro).
Como PCPE nuestro ejemplo más luminoso es Alexis Castillo, quien en 2022 dio la vida, con las armas en la mano, en la lucha contra el fascismo en el Donbass.
TIEMPOS DE BARBARIE IMPERIALISTA TRUMPISTA
Hoy, la heroica Resistencia del pueblo palestino, frente a la barbarie sionista, ha impuesto las coordenadas del compromiso internacionalista para cualquier organización revolucionaria. Su victoria con el alto el fuego firmado le refuerza más.
El futuro inmediato planteará nuevas situaciones similares a la de Palestina, incluso más extremas. La guerra sin límites del imperialismo tan solo está en sus inicios. El imperialismo anglo-yanki-sionista se propone la liquidación de cualquier derecho reconocido, de cualquier libertad y soberanía. Todo obstáculo a la acumulación de capitales será atacado de forma brutal.
Afganistán, Yugoslavia, Irak, Libia, Siria, Haití…, la lista seguirá hasta tanto no se produzca una inflexión histórica desde el lado del movimiento revolucionario. Aunque ya Palestina le ha dado un fuerte frenazo a esa tendencia.
Hay que aumentar el gasto militar, hay que aumentar el gasto militar, hay que aumentar el…, esa es la matraquilla del centro imperialista. Son sus necesidades. Las nuestras son otras, radicalmente confrontadas con esas del enemigo.
UNA NUEVA FASE DEL INTERNACIONALISMO
Palestina ha levantado una movilización solidaria amplísima en todo el planeta. Eso está bien. Se trabaja así en un proceso de acumulación de fuerzas, para elevar la conciencia de grandes masas.
Pero no es suficiente. En realidad es poco, para lo que exige el momento.
¿En qué momento las organizaciones revolucionarias van a decidir elevar su compromiso internacionalista a un escalón superior? ¿En qué momento se van a organizar brigadas en apoyo a los pueblos en lucha?
Estas preguntas están sobre la mesa, y hay que contestarlas sin demora. Y sin trampas al solitario, porque no valen más nuestras vidas que las de ellos.
El internacionalismo no es una foto con una pancarta y un pañuelo. Eso está bien, pero si es solo eso no vale.
¿Y con la Cuba revolucionaria? ¿Cómo se confronta con los yankis, pero también con los gobiernos y los Partidos que son cómplices con el bloqueo ilegal e ilegítimo? No es suficiente la ayuda material solidaria, hace falta una solidaridad política con la revolución, arriesgándolo todo.
NUESTROS EMPLAZAMIENTOS
La elevación del compromiso internacionalista de las organizaciones revolucionarias, especialmente los Partidos Comunistas, es una necesidad situada hoy en el orden del día con urgencia. El MCI internacional no responde. No se le ve.
Se necesita una rigurosa elaboración ideológica y política acerca de las exigencias concretas de la lucha de clases. Y esa no será una cuestión que avance por igual en todos los Partidos. Hay Partidos que, por nuestra historia, tenemos una mayor responsabilidad de estar en la avanzadilla de ese proceso.
Los partidos comunistas han de ser organizaciones “preparadas para luchar en todas las condiciones”.
Bien. Tomemos por la palabra a quienes hacen esa afirmación. Ya.
La alta internacionalización de todas las relaciones sociales facilita el impulso de todo tipo de iniciativas. Lanzar una lluvia de propuestas desde un helicóptero, para que no falten ideas concretas para la acción, en cualquier sitio, en cualquier lugar.
¿Cuánto tiempo queda para que los PP CC se preparen para todas las condiciones? Tiempo cero, estamos ya en tiempo de descuento. El imperialismo da zarpazos a diestro y siniestro, y no parará. Es 21 de enero, llegó Trump.
Hay que empezar ya. Superar la subjetividad de derrota que en el MCI dejaron los hechos de 1990-1991.
¿Campaña de finanzas para ayudar a la Resistencia palestina? ¿Brigadas a Gaza para apoyar esta fase de la lucha del pueblo palestino? ¿Hunde el dólar, compra chino? ¿…?
El internacionalismo, entre otras cosas, significa la disposición a asumir los mismos riesgos que corre el pueblo objeto de la solidaridad. Entonces sí se responde a la tesis marxista de que somos una misma clase obrera internacional que lucha unida.
Demoler la subjetividad primermundista, contaminada de racismo y colonialismo, de quienes dan lecciones desde “su superioridad” a pueblos que luchan “pero que son más atrasados, menos inteligentes”, es un requisito previo. ¡El atrevimiento de decir: “es que la Resistencia lo que tiene que hacer…”! La Resistencia ha demostrado claramente que sabe lo que tiene que hacer. Quien todavía lo tiene que demostrar es ese internacionalismo proletario mezquino y timorato de barra de bar.
Sin liquidar esa subjetividad no habrá nunca un internacionalismo proletario consecuente.
La subjetividad es un factor determinante. Cuando Cuba estaba preparando la Operación Carlota todo se ejecutaba con el más cuidado sigilo, pero a pesar de ello el rumor caminó, y en La Habana la gente se apiñaba ante las oficinas que gestionaban el alistamiento con una algarabía difícil de controlar.
Esa es la subjetividad que corresponde a las organizaciones revolucionarias para dar al traste con tanta cómoda inercia, y entrar en una nueva etapa del internacionalismo proletario.
Una etapa que hay que iniciar sin demora.
Además, nos va la vida en ello.