El gobierno canadiense impuso, desde octubre de 2024, un arancel del 100 por ciento a los vehículos eléctricos importados del gigante asiático y un gravamen del 25 por ciento a los productos de acero y aluminio.
Estas acciones fueron calificadas por Beijing como una violación grave de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), al tiempo que China las consideró proteccionistas y discriminatorias contra los intereses nacionales.
A partir del 20 de marzo de 2025 el gigante asiático aplicará aranceles adicionales a productos específicos originarios de Canadá. Entre ellos se incluyen gravámenes del 100 por ciento a la colza, el aceite de colza y los guisantes, así como aranceles del 25 por ciento a productos pesqueros y carne de cerdo.
Las nuevas tarifas se sumarán a las tasas impositivas vigentes, sin alterar las políticas actuales de exención o reducción de impuestos.
De acuerdo con la información oficial, este anuncio responde a las leyes nacionales e internacionales, incluidas la Ley de Aranceles Aduaneros, la Ley Aduanera y la Ley de Comercio Exterior de la República Popular China.
Las medidas buscan salvaguardar los derechos e intereses comerciales del país frente a prácticas consideradas injustas por el gobierno chino.
Estos acciones llegan en medio de un contexto internacional complejo marcado por una creciente guerra arancelaria liderada por Estados Unidos.
Hace dos semanas China rechazó la imposición de sanciones por Canadá contra más de 20 empresas del gigante asiático acusadas de proporcionar apoyo a Rusia con bienes de uso dual.
Según el Mnisterio de Comercio, estas acciones afectan la estabilidad y seguridad de las cadenas globales de suministro e industria.
Beijing instó a Canadá a detener inmediatamente estas prácticas equivocadas y advirtió que el país tomará las medidas necesarias para salvaguardar los derechos e intereses legítimos de las empresas nacionales.