El diez de agosto del 2019, la Guardia Nacional reportó hallazgos de restos humanos calcinados en el mismo campo de exterminio donde, seis años después, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco encontraría nuevamente evidencia de un crematorio clandestino. Durante seis años no se realizaron trabajos de búsqueda en la zona, porque los gobiernos ensombrecieron el caso, ignorándolo y descartando dar continuidad al descubrimiento. De esto circulan diferentes notas y análisis, se nombran negligencias, encubrimientos por sobornos, ocultamiento del caso en defensa de la imagen del estado, ineficacia y mediocridad de las autoridades, servilismo a los grupos criminales, incapacidad burocrática y desde luego, pereza.
Las familias buscadoras aún están removiendo la tierra, no hay una cifra final sobre la cantidad de personas que fueron calcinadas y enterradas en el predio, tampoco sobre la cantidad de personas identificadas. El gobierno aún está mirándose las manos, decidiendo qué cajones abrir y seguramente cuáles mantener cerrados, no hay una lista clara de responsables ni una batería de imputaciones para ellos.
En las calles se está dando la movilización, esto nos alegra, a menudo nos encontramos los mismos rostros, sabemos que en esta ocasión algunos volverán a salir y otras personas saldrán por primera vez, que aunque nuestros corazones aún se están ejercitando día con día mirando de frente al poder, hoy comienza también el fortalecimiento de nuevos corazones que caminarán cerca nuestro.
Para la Juventud Comunista de México, es bien conocido el camino que lleva a los culpables, aun tendrán que revelarse los rostros específicos, pero sabemos de sobra que se trata de un síntoma, la crisis de desaparición en México y la indignante forma en que nos golpea a diario en Jalisco, son una columna de humo, puede mirarse a lo lejos y de cerca, podemos dirigirnos a su origen, encontrar restos humanos es el signo del asesinato impune: el crimen solo permanece impune a razón de ser permitido.
Una cosa es segura, la justicia no vendrá de los culpables. El entramado de intereses gubernamentales, empresariales y criminales, impide -salvo por medio de chivos expiatorios- satisfacer la necesidad de justicia de un pueblo tan golpeado como el nuestro, más y más arriba la impunidad continúa siendo un hecho. Pueden descartar a la soldadeza, al policía, al sicario, el halcón, un contador, un administrativo, a quien transporta, a quien carga los cuerpos, las pacas y las armas. Pueden sacrificarnos a nosotros, enviando a por nosotros a otros pobres.
Lo que está ardiendo entonces debajo del humo es México, el fuego que lo consume es el capitalismo, que se ha instalado en todas las esferas del poder, imponiendo una visión egoísta del mundo basada en la acumulación de capital a cualquier precio, no importa el costo humano, no importa el costo ecológico o el costo social. Sus bolsas siguen llenándose de dinero, se desborda, inunda sus mansiones, sus autos de lujo, sus campos de exterminio, y donde ellos ven ceros en sus cuentas nosotros encontramos a nuestros seres queridos. Nuestro narcoestado-empresarial, sus componentes gobernantes, criminales y empresarios, nos han hecho esto solo por dinero.
Por eso, la Juventud Comunista de México no espera que la justicia nos sea proveída por ellos, la justicia solo vendrá en forma de la memoria, del acompañamiento a las víctimas y del castigo. La justicia para nuestras victimas solo podría ser la de conseguir otro México. Uno en el que no desaparezca ni una persona más, una donde un criminal no torture, asesine y desaparezca a otras personas encandilado por dinero, donde los gobernantes no miren a otro lado, encubran y mientan por dinero y donde el empresariado no lave el dinero, preste sus nombres y facilite sus rutas, por dinero.
La política burguesa no puede ofrecernos nada. Calderón compartió una imagen en “X” que ha estado moviéndose mucho por redes sociales, la imagen lleva la leyenda: “El Estado no busca porque si busca se encontraría a sí mismo”. Qué sinvergüenza, no hay insulto que alcance a describirlo, bebedor de sangre, sanguijuela . El expresidente, inauguraría durante su sexenio la guerra contra el narco, en su momento una flamante estrategia que prendería fuego a toda la república, una conquista de la sinrazón, la criminalización de la pobreza y la política hipermasculina, obsesionada con agarrar fierros, correr en botas y abrir fuego, corrijo, obsesionada con que los pobres agarren los fierros, corran en botas y abran fuego contra la carne de cañón del narcoempresariado, simulando la hombría, la defensa de la salud pública y la lucha contra la corrupción mientras arriba, la guerra se daba a billetazos, comprando lealtades y metiendo dinero a la lavadora de la guerra, las inmobiliarias y la inversión pública. No hay castigo que alcance para hacerle justicia a nuestro país respecto de lo que provocó en él su guerra de saqueo.
Las personas a cargo, las diferentes esferas del poder en su estratificación, dan respuestas de horror. Ya no hay sorpresa. El ejecutivo escupe sangre en la mañanera “Ya déjenlo en paz”; el espectáculo hace que bajen la vista las hijas e hijos de las personas desaparecidas, hace apretar los dientes a quienes buscan, nos arranca la ofensa frente a la televisión a quienes caminamos a lado de esas familias. “Ya déjenlo en paz” fue lo dicho por Sheinbaum y significa, vamos siendo claros: Que realmente lo que les importa de esta crisis es que la oposición no le saque provecho, que no manchen las verdades crueles del país los colores del partido; aborda así el problema, pensando en el control de daños por sobre las necesidades del pueblo, aun cuando sabemos que el guinda ha devenido en una mezcla de colores sin nombre alguno, mezclado con panistas y priistas del anterior régimen e idéntico al naranja vergüenza de la política Jalisciense.
De Lemus más de lo mismo. Inmediatamente después de darse a conocer el caso, saldría a pronunciarse recordándonos que el hallazgo original de los restos en Teuchitlán no se dio durante su sexenio. La Fiscalía del Estado en un acto inédito se comprometió a realizar una investigación “exhaustiva y transparente” una vez más, como con innumerables casos en Jalisco. Quienes conocen la fiscalía por dentro, conocen las torres de papeles sin atención que se acumulan en los escritorios, hasta que no caben y son archivados. El caso seguramente sea atendido con la perspectiva mediática sobre él, pero la reparación del daño se dará muy difícilmente, y en caso de darse no se castigará hasta el último de los responsables, de eso no nos cabe duda.
Esperamos la pronta identificación de los restos, que las prendas encontradas sean reconocidas por algún familiar, que las identificaciones lleguen pronto a ojos de los seres queridos de aquellas personas a las que pertenecieron, que identifiquen a un familiar, un duelo digno y no uno mediatizado por intereses nefastos, sabemos que seguirán apareciendo nuevos hallazgos de este estilo, porque los colectivos de búsqueda son implacables, aunque su tarea sea titánica. Trabajaremos para que nunca más desaparezca otra persona en México, en las calles, nombrando las razones del mal, compartiendo el dolor de las víctimas y acuerpando su lucha. Porque a nuestros gobernantes solo les importa que esta crisis no los toque y a nosotros ya nos toca, a nosotros nos importa principalmente que esta violencia ejercida contra nuestro pueblo cese y no vuelva a suceder Nunca Más.
¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Juventud Comunista de México