
“Vamos a devolver la educación, simplemente, a los estados donde pertenece”, dijo el mandatario estadounidense, tras firmar el decreto en la Casa Blanca.
Trump refirió que esta acción elevará el sistema educativo de EE.UU. al nivel de líderes mundiales, como Finlandia, Suecia y China, dejando la responsabilidad en la gestión de los estados.
Plataformas locales subrayaron que Trump ordenará a la secretaria de Educación, Linda McMahon, tomar “todas las medidas necesarias para facilitar el cierre del Departamento de Educación y devolver la autoridad educativa a los estados”.
Esta medida se suma a la decisión del Gobierno de un programa de reducción de plantilla, que afectaría a casi el 50 por ciento de sus empleados. Dicha decisión comenzó a principios del mes de marzo.
La campaña de Donald Trump incluyó la promesa de eliminar dicho Departamento, catalogando que había estado dominado por “radicales, fanáticos y marxistas”. Esto evidencia la estigmatización sobre la educación como proceso de conciencia crítica.