El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, dijo al llegar a Pituffik, la base militar que su país tiene en el noroeste de la isla
«Dinamarca no hace un buen trabajo para la defensa y la seguridad de Groenlandia (…). No es su prioridad. Esto es un bello lugar, su gente es estupenda, respetamos su derecho a la autodeterminación. Y esperamos que elijan a Estados Unidos como socio. (…) Pero la presión que hacen China o Rusia obliga a actuar. Tenemos que asumir el liderazgo antes de que otros ocupen esa función y nos dejen colgados».
Esquivó una pregunta de los medios presentes referida a con qué medios piensa su jefe «hacerse» con la isla –«Trump se refiere cuando emplea ese término a la responsabilidad sobre la seguridad de Groenlandia», respondió–. E insistió una y otra vez en que su país no tiene «otra opción» que defenderla frente a China y Rusia. «Tenemos que despertar. No podemos esconder la cabeza bajo la arena, o bajo el hielo, y fingir que los chinos no codician este territorio», insistió.
«No hemos cambiado nuestra retórica al hablar de la fuerza militar. Pero ocurre que Groenlandia, este bello territorio, es muy vulnerable. Y Dinamarca no hace sus deberes. Su seguridad también es la nuestra», remachó Vance, en su sarta de reproches a este aliado europeo de la OTAN.
Tenemos los casos de las trifulcas entre Grecia y Turquía o el tema de Chipre entre los mismos actores.