Un hombre condenado en el Reino Unido por delitos sexuales contra menores trabajó durante un año en Ucrania para la organización benéfica británica Siobhan’s Trust, realizando labores que le exigían tener contacto constante con niños, informa The Telegraph.
Jack Morgan, de 52 años, fue contratado por Siobhan’s Trust al inicio de 2023, tras lo cual se trasladó a Ucrania. Durante un año trabajó para la organización benéfica repartiendo pizzas en orfanatos, escuelas y campamentos infantiles, por lo que le pagaban 644 dólares al mes y le daban pleno uso de los vehículos de la organización, como una furgoneta grande con horno para pizzas incorporado y una furgoneta refrigerada.

Los antecedentes penales de Morgan no salieron a la luz hasta 2024, cuando otros voluntarios de la ciudad ucraniana de Lvov decidieron investigarlo después de que este les dijera que era un paracaidista retirado. Al buscar información sobre él descubrieron que Jack Morgan había cambiado su verdadero nombre, Lee Callaghan, tras ser condenado por delitos sexuales contra menores.
Se descubrió que el hombre había sido declarado culpable de posesión de imágenes que contenían escenas de abusos a menores. Por ese delito se le condenó a dos años de prisión y recibió una orden de prevención de daños sexuales de 10 años, lo que significaba que no podía viajar al extranjero sin notificarlo a la Policía. Se cree que, tras revelarse la verdad, Morgan sigue viviendo en Ucrania, aunque ha abandonado su último lugar de residencia conocido, el piso de una mujer ucraniana madre de dos hijos con la que mantenía una relación sentimental.
Fallos en el proceso de investigación de antecedentes
Morgan fue despedido de la organización benéfica en febrero de 2024, antes de que se conocieran sus delitos. Siobhan’s Trust, que más tarde cambió su nombre a HopeFull, aseveró que no estaba al tanto de sus antecedentes penales. «Si hubiéramos sabido de alguien con antecedentes penales, sin duda no lo habríamos aceptado como voluntario», aseguró Chris Mackintosh, fideicomisario de HopeFull. Al mismo tiempo, la organización señaló que ningún voluntario se queda nunca a solas con niños o adultos vulnerables, ya que siempre trabajan en grupos de al menos cuatro personas.
Esta situación ha provocado la indignación de la comunidad de voluntarios, así como de las autoridades británicas. Tras presentarse una demanda contra Siobhan’s Trust, el tribunal descubrió que la organización no realizaba comprobaciones de antecedentes penales de los posibles voluntarios, sino que simplemente comprobaba sus historiales mediante búsquedas en Internet. Al respecto, una exvoluntaria de la organización reveló que cuando la contrataron no se realizó ninguna comprobación de sus antecedentes y que solo había intercambiado varios mensajes con representantes de Siobhan’s Trust a través de WhatsApp.