
Según informó la Administración Nacional de Cine la medida responde a las tensiones comerciales con Estados Unidos, marcadas por la imposición de aranceles por parte del Gobierno norteamericano.
En un comunicado oficial, la Administración destacó que esta decisión surge como respuesta al «acto erróneo del Gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles de forma indiscriminada a China».
Según el organismo, estas políticas han disminuido la preferencia del público chino por las producciones estadounidenses. «Seguiremos las reglas del mercado, respetaremos la elección del público y reduciremos moderadamente el número de importaciones de películas estadounidenses», afirmó la declaración.

China, segundo mercado cinematográfico más grande del mundo, subrayó que mantiene un alto nivel de apertura hacia el exterior y que esta decisión se alinea con las contramedidas adoptadas frente a las tensiones comerciales desatadas por los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que alcanzan hasta un 125% en los productos chinos.
Beijing respondió con tarifas del 84 % sobre bienes estadounidenses e incluyó a 12 empresas norteamericanas en su lista de control de exportaciones.
Además de las medidas económicas, el Ministerio de Cultura y Turismo emitió una alerta para los turistas chinos que planeen viajar a Estados Unidos.
En paralelo, Beijing presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para cuestionar las últimas acciones arancelarias de Washington. Según el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian, estas contramedidas buscan defender la soberanía y los intereses globales frente a lo que calificó como presiones y chantajes.

Con este movimiento, China refuerza su postura frente a Estados Unidos y busca consolidar su posición como un mercado abierto y diverso en términos culturales.