Quieren “carne de cañón”. En Europa se vuelve a hablar del servicio militar obligatorio

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Sergio Cararo.— En muchos países europeos donde los gobiernos están atenazados por furias belicistas, se está reconsiderando la opción del servicio militar obligatorio para “reponer las filas” de sus fuerzas armadas e infundir un clima de guerra en la opinión pública.

Entre los años 1990 y la primera década del siglo XXI, el servicio militar obligatorio fue abandonado o suspendido en casi toda Europa. Pero el clima belicista que ahora emerge del lenguaje político así como de decisiones concretas como el plan de rearme europeo de Von der Leyen está volviendo a poner en la agenda una creciente militarización de la economía y del sentido común.

El líder de esta tendencia es, casi obviamente, Alemania, donde la reintroducción del servicio militar obligatorio se ha convertido en un tema de debate en la formación del nuevo gobierno de coalición entre la CDU-SPD y los Verdes.

Y los Verdes han presentado una propuesta para introducir la institución del “servicio de libertad”, que obligaría a todos los ciudadanos, alemanes y no alemanes, a ofrecerse como voluntarios en uno de los aparatos del Estado. La propuesta fue formulada de manera bastante ambigua.

El servicio militar obligatorio en Alemania está siendo discutido actualmente dentro del nuevo gobierno y parece gozar de fuerte apoyo entre los políticos.

La propuesta de los Verdes ofrecería a los ciudadanos la posibilidad de elegir entre el voluntariado civil o militar, pero ampliaría la obligación a toda la población y no se limitaría –como ocurriría con el servicio militar obligatorio– sólo a los jóvenes adultos.

La ministra del Interior, Nancy Faeser (SPD), pidió que los jóvenes estén preparados para las crisis y posibles acontecimientos bélicos. «A la luz de los recientes cambios en la situación de la política de seguridad, se debería prestar más atención a la protección civil, también en la educación escolar», dijo el lunes un portavoz del ministerio, citado por el periódico alemán Handelsblatt . El artículo también recoge el deseo del jefe de seguridad de la CDU, Roderich Kiesewetter, según el cual: «Es imperativo que se implementen medidas de emergencia, ya que los estudiantes son especialmente vulnerables y se ven especialmente afectados en una emergencia».

En Europa todavía prevalece el servicio militar voluntario. El servicio militar voluntario se introdujo en Bélgica en 1994, en Portugal en 1999, en el Reino Unido en 2001, en España en 2002, en Italia en 2005, en Francia en 2006 y en Alemania en 2011. Pero hoy en día en muchos países hay un renovado interés en formas de reclutamiento obligatorio.

Suecia, que se unió a la OTAN en 2023, también anunció en septiembre del año pasado que restablecería el servicio militar obligatorio a partir de 2018, ocho años después de su abolición. Todos los jóvenes nacidos después de 1999 serán llamados a las armas.

En Italia, el servicio militar obligatorio fue abolido en 2005 con la ley número 226 del 23 de agosto de 2004. Si bien Salvini había vuelto a hablar de la reintroducción del servicio militar obligatorio durante la campaña electoral de 2018, hoy, en el clima de guerra que prevalece, lo que entonces parecía una broma vuelve a ser tomado en consideración.

Pero las contraindicaciones del servicio militar obligatorio no residen únicamente en la mayor o menor vocación belicista de los gobiernos. Por ejemplo, existen “límites estructurales” que con el tiempo podrían afectar seriamente la efectividad del reclutamiento militar masivo.

Según los escenarios que señala el Instituto Bruegel (un think tank de las potencias europeas) la Unión Europea está a punto de entrar en una era de declive demográfico que cambiará profundamente su estructura socioeconómica. A partir de 2026, la población del continente comenzará a disminuir, con impactos tangibles en la economía, el mercado laboral y el bienestar. El escenario que señala el Instituto Bruegel es gris: en 2050, 22 de los 27 Estados miembros de la UE verán reducida su población en edad de trabajar, mientras que la proporción de mayores de 85 años se duplicará.

Pero el problema no es sólo numérico, sino también geográfico: el descenso será más acusado en los países europeos del Este y euromediterráneos, donde a un balance natural negativo (más muertes que nacimientos) se suma la escasa capacidad para atraer inmigrantes. En otras palabras, mientras que las economías más desarrolladas del Norte y del Oeste podrán frenar el problema gracias a una mayor inmigración, el sur y el este de Europa corren el riesgo de encontrarse entre la espada y la pared debido al envejecimiento y la despoblación.

Por ejemplo, Italia, España y Grecia son los tres países más afectados por el descenso de la población en edad de trabajar y, por tanto, población “militarizable”: en 2050, los menores de 65 años disminuirán un 20%, mientras que los mayores de 65 años aumentarán un 40%.

Y luego está la huida de jóvenes de esos países al extranjero. La UE se ha marcado como objetivo para 2030 una tasa de éxodo juvenil inferior al 9%, pero Italia, España y Grecia están lejos de este objetivo. Incluso en Europa del Este (los países más próximos a la “frontera de guerra”) se está produciendo una despoblación juvenil. Países como Letonia, Lituania, Rumania y Bulgaria sufren una doble hemorragia: por un lado, la tasa de natalidad está en franco descenso; por otra parte, miles de jóvenes abandonan cada año sus países de origen para buscar mejores oportunidades en otros lugares. Las dificultades en el reclutamiento militar en Ucrania ya han puesto de manifiesto esta contradicción.

Tanto la OTAN como algunos informes de los servicios de seguridad alemanes hablan insistentemente de 2030 como un “año fatídico” en el que la guerra podría revelarse como una opción en la mesa histórica de Europa.

Pero los gobiernos belicistas tienen que lidiar con los sentimientos de sus poblaciones, que no coinciden en absoluto con sus propios planes bélicos.

https://www.sinistrainrete.info/articoli-brevi/30278-sergio-cararo-vogliono-carne-da-cannone-in-europa-si-riparla-di-coscrizione-obbligatoria.html

Traducción: Carlos X. Blanco

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Una encuesta reciente de Gallup reveló que en la Unión Europea quienes dicen que ahora están dispuestos a luchar por su país son una minoría. Con excepción de Finlandia (74%), Grecia (54%) y Polonia (45%), en los demás países los porcentajes de disposición a luchar disminuyen drásticamente.

En Alemania, sólo el 23 por ciento lucharía para defender su país. En Bélgica, se estima que solo está disponible el 19 por ciento. En los Países Bajos, la cifra es aún menor: un 15 por ciento. En Italia, sólo el 14 por ciento respondió que sí.

Si los gobiernos europeos quieren abordar la cuestión y restablecer el servicio militar obligatorio para proveer a sus fuerzas armadas de “carne de cañón”, debemos esperar una intensificación de la propaganda belicista en los próximos meses, particularmente en las escuelas y universidades.

Un proceso que ya viene en marcha desde hace tiempo, como denuncian el Observatorio contra la militarización de escuelas y universidades u organizaciones juveniles como Cambiare Rotta. Nada excluye que en unos meses el Ministerio de Educación adelante con la alternancia escuela-cuartel además de la escuela-trabajo. Las guerras necesitan carne de cañón, pero el problema, también en este caso, podría ser la escasez.

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