En un video en las redes sociales, la activista denunció que a 52 años del cuartelazo, todavía hay mil 100 desaparecidos que son buscados por sus familias.
Según declaró la semana pasada la aspirante al Palacio de La Moneda por la coalición de derecha Chile Vamos, el golpe del 11 de septiembre de 1973, encabezado por Augusto Pinochet, “era necesario. No había otra alternativa”.
Agregó que las muertes ocurridas en los primeros años fueron inevitables porque, según ella, el país estaba en una guerra civil.
¿Era necesario sacar a unas 100 personas de las cárceles, desde Copiapó, en el norte, hasta Cauquenes, en el sur, para ejecutarlas en los hechos conocidos como la Caravana de la Muerte en octubre de 1973?, preguntó Lira en su mensaje.
La primera persona en recibir la Medalla Derechos Humanos y Democracia, otorgada por la Universidad de Chile, se refirió también a la captura y asesinato en octubre de 1974 de campesinos en las comunas de Paine, Laja y Santa Bárbara, entre otras.
Para hacer aún más daño a estas familias, señaló, los cuerpos fueron enterrados por el ejército en lugares desconocidos, evitando así que se viviera el duelo y les dieran una sepultura digna.
El esposo de Alicia Lira, Felipe Rivera, militante del Partido Comunista de Chile, fue detenido por la Central Nacional de Informaciones el 8 de septiembre de 1986 y asesinado con 13 balazos.
Poco después ella se incorporó a la AFEP, de la que es presidenta desde 2009.
Hablar de la forma en que lo hizo la candidata de Chile Vamos es una burla al dolor de todas estas personas, aseguró.