Un comunicado divulgado anoche calificó la retención en abril de la menor por las autoridades migratorias de Estados Unidos de “acto perverso y profundamente inhumano”, además de constituirse en un crimen de lesa humanidad.
Afirmó que el mundo es hoy testigo de “prácticas bárbaras, y la expresión más cruel y malévola de estas es el secuestro de niños(as) como forma de castigo político”.
La nota precisó que los padres de la niña fueron “acusados, sin pruebas ni debido proceso, de pertenecer a una supuesta organización criminal”, lo cual reveló el carácter racista, xenófobo y neonazi de un sistema migratorio que actúa como maquinaria de represión y odio contra los pueblos del Sur Global.
Este crimen no es un error burocrático: es necropolítica en acción, aseveró.
Expresó que el gobierno de Estados Unidos -mediante sus agencias de control fronterizo- decide “quienes merecen vivir en libertad y cuáles deben ser sometidos a la muerte social, pretenden decidir impunemente quien vive y cómo viven, ejecutan desapariciones forzadas de infantes y separaciones familiares”.
La Internacional Antifascista subrayó que Maikelys es hoy una víctima de esta lógica genocida que, bajo la retórica de «protección», ejerce soberanía sobre su vida arrebatándole su identidad, su familia y su futuro.
¿Dónde queda el «interés superior del niño» cuando el Estado utiliza a la niñez migrante como botín de guerra? ¿Qué justicia puede haber cuando las instituciones convierten la frontera en un espacio de excepción donde los derechos humanos se suspenden?, preguntó.
Aseguró al respecto, que eso no es «ley y orden»: es terrorismo de Estado, una repetición escalofriante de los métodos fascistas que arrancaban hijos de madres judías, indígenas o disidentes para borrar su existencia.
El texto manifestó que la necropolítica imperial no solo encarcela a Maikel Espinoza (padre) en un campo de concentración en El Salvador (como parte de la criminalización de la migración), sino que condena a Maikelys a un limbo jurídico y emocional.
Este niega, inclusive, su “derecho a sentir el calor de los brazos de su madre, Yorely Bernal, quien hoy clama con dignidad insurrecta: ¡Devuélvanme a mi hija!”, añadió.
El bloque Antifascista demandó a poner fin a las necropolíticas que convierten a niños migrantes en rehenes del imperialismo, al desmantelamiento de los campos de detención y cese de la criminalización de la migración.
Por último, llamó a la solidaridad internacional: sindicatos, movimientos antirracistas, colectivos feministas y defensores de derechos humanos a sumarse a la campaña #FreeMaikelysEspinoza.