Las detenciones dejaron a muchos residentes en la comunidad inmigrante de Nashville, capital del sureño estado de Tennessee, con incertidumbre y preocupación, reportan medios locales.
Los arrestos “condujeron a la recuperación de drogas ilegales y armas de fuego, sacando elementos peligrosos de la calle y haciendo Tennessee más seguro”, argumentó la Patrulla de Carreteras al justificar las acciones.
Un análisis de datos del censo que hizo el Migration Policy Institute reveló que alrededor del nueve por ciento de la población del área metropolitana de Nashville, de unos dos millones de habitantes, son inmigrantes, muchos de ellos procedentes de México y Honduras.
La urbe también registra una numerosa población kurda que convive con migrantes provenientes de Sudán, Myanmar y otros países.
“Ninguno de nosotros había visto nunca algo así”, dijo el viernes Lisa Sherman Luna, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados de Tennessee.
Una operación conjunta similar se realizó la semana pasada en Florida, también en el sur del país, con el resultado de al menos mil 120 arrestos de inmigración.
En su intensificada campaña de deportaciones masivas, el presidente Donald Trump ordenó el viernes al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que aumente hasta 20 mil el número de agentes encargados de cumplir con las expulsiones.
Trump firmó una proclamación exigiendo que los agentes sean retirados de entidades estatales y locales, entre otros lugares, aunque no detalló cómo se financiará tal esfuerzo.
“A más tardar 60 días después de la fecha de esta proclamación, el Secretario de Seguridad Nacional complementará las operaciones de cumplimiento y deportación existentes mediante la delegación y contratación de agentes del orden público estatales y locales, exagentes federales, agentes y personal de otras agencias federales…”, señaló.
En el documento, Trump afirmó que es su obligación legal presionar con todas las herramientas a su disposición para poner fin a lo que él llama “esta invasión, expulsar a los invasores extranjeros ilegales de Estados Unidos y proteger al pueblo estadounidense”.
De acuerdo con lo dispuesto por el mandatario, la “proclamación establece el Proyecto de Regreso a Casa, que ofrecerá a los extranjeros ilegales una opción: salir de Estados Unidos voluntariamente, con el apoyo y la asistencia financiera del Gobierno Federal, o quedarse y afrontar las consecuencias”.