El 15 de mayo de 1948 se consuma el régimen de apartheid o segregación de los sionistas en contra del pueblo árabe, en particular de Palestina. Es el inicio de la Nakba, el exterminio más tenaz del pueblo palestino a manos del sionismo, que continúa impune desde hace 77 años. Hoy después de más de siete décadas, los anuncios y la práctica de exterminio se mantiene viva y es por eso que los pueblos del mundo debemos pronunciarnos.
El 4 de mayo el régimen israelí anunció una nueva fase de su campaña de exterminio contra el pueblo palestino que se propone ocupar la totalidad de la Franja de Gaza, previendo desplazar en la práctica la totalidad de la población que allí vive (aproximadamente 2 millones de personas) sin importar la catástrofe humanitaria que esto significaría, además de la que ya existe por el bloqueo de la ayuda humanitaria como parte de su accionar genocida, algo denunciado por la misma Organización de las Naciones Unidas (ONU) y por líderes desde países árabes hasta europeos, pero eso sí, ningún gobierno occidental ha impuesto sanciones al Estado sionista de ocupación, pese a los miles de crímenes de guerra cometidos y al infanticidio masivo llevado a cabo por la entidad ocupante.
Contando ya más de 50.000 palestinos asesinados, los sionistas sanguinarios se proyectan una colonización total de Gaza posterior a la visita de Donald Trump a «Israel» prevista para las próximas semanas, y lo anuncian sin ningún tipo de vergüenza por el genocidio que están cometiendo públicamente y a ojos de los gobiernos «democráticos» de todo el mundo, cuyas acciones se han limitado a tímidos señalamientos que se quedan solo en palabras, salvo algún tipo de acciones de gobiernos primordialmente árabes y musulmanes que han roto relaciones con el Estado sionista y han enviado ayuda humanitaria.
Esta nueva fase del exterminio se enmarca en un momento de tensión geopolítica mundial y regional en el Medio Oriente. El pueblo de Yemen, fiel a la causa de sus hermanos palestinos, ha realizado ataques con drones y misiles contra el enemigo israelí, tanto en la Palestina ocupada como en el Mar Rojo, destacándose el ataque al aeropuerto Ben-Guirón de «Tel aviv» que sembró el pánico entre los colonos y paralizó buena parte del tráfico aéreo por algunas horas el mismo día que el régimen israelí anunció su plan de anexión total de Gaza. Esta operación fue respondida por los sionistas con un ataque al aeropuerto de Saná, la capital yemenita.
El imperialismo estadounidense se ha esforzado en parar a Yemen lanzando una ofensiva de más de 800 ataques aéreos sobre varias de sus ciudades como Saná, Hodeida y Sadda, pero han fracasado rotundamente, porque se habían propuesto fundamentalmente reabrir el estrecho de Bab al-Mandeb para los barcos israelíes, paralizar las capacidades militares de Yemen y detener completamente el frente de apoyo yemenita a la lucha palestina, ¡pero no lograron ninguno de estos tres objetivos! y en vista de la incansable resistencia del pueblo yemenita los gringos han tenido que pedirle al gobierno de Omán que haga de mediador para que cesen los ataques mutuos con Yemen, acuerdo que fue aceptado por el gobierno de los hutíes pero que no incluye al Estado sionista de Israel, una victoria parcial para el Eje de la Resistencia que ha apoyado a Palestina.
Mientras tanto, los Estados Unidos insisten en conversaciones con Irán, también mediadas por Omán con respecto al programa nuclear iraní, siendo negociaciones que resultan muy inestables y cuyas percepciones entran en contradicción, pues mientras que después de la última ronda de conversaciones la delegación estadounidense las calificó de «alentadoras», la delegación iraní las calificó de «difíciles». Y es que todo esto no es coincidencia, justamente cuando por los días que el gobierno sionista de ocupación anuncia que va anexar totalmente Gaza, arrasando con todos los civiles que se les pasen por delante, Estados Unidos intenta aplacar el apoyo yemenita (pero fracasa) e intenta suavizar sus relaciones con Irán, país que, a pesar de los debates y diferencias con respecto a su carácter de Estado, realmente ha apoyado mucho a la resistencia Palestina; y fíjense que los acuerdos e intentos de acuerdo llevados a cabo por los gringos en las últimas semanas no vinculan a «Israel». ¿Qué hay detrás de todo esto? «Israel» goza de una impunidad que envidaría hasta Hitler, y sabe que el sustento de los Estados Unidos es importante en el marco de toda esta situación, pero los estadounidenses parecen querer lavarse las manos con respecto a los sionistas y actúan aparentemente sin importar lo que piensen los israelíes, el eje del mal se encuentra en una contradicción, pero no será tan determinante como para parar por sí misma las ansias anexionistas de la ocupación, entonces…
Lo que nos queda a nosotros, las y los trabajadores revolucionarios de todo el mundo, es seguir apoyando a Palestina como podamos, seguramente un apoyo material queda muy complicado, pero un frente de lucha importantísimo contra el genocidio es despojarle de la impunidad mediática de la que goza, o sea, seguir hablando de Palestina y el exterminio que allá cometen los sionistas, sigamos hablando de Palestina en las redes sociales, en el trabajo, en la universidad, en la casa, en dónde haya que crear o mantener conciencia pero NUNCA dejemos de hablar de Palestina, Gaza necesita ahora toda nuestra atención y apoyo, y en lo que podamos ayudar debemos hacerlo, y no solo por nuestra postura revolucionaria, sino también por un mínimo de humanidad y empatía. No dejemos sola a Palestina.