«Eso es una vergüenza, tengo en mi despacho montones de expedientes con nombres y apellidos, donde hay sufrimiento y mucho dolor. No son papeles, no es como si estuviéramos en un quiosco con periódicos, ahí hay personas. El hablar de manera tan frívola de que eso se pueda filtrar me parece de una falta de sensibilidad tan grande, al margen de que es ilegal», señaló el magistrado.