Israel está intensificando la escalada militar en Gaza. Las crecientes críticas internacionales le importan un bledo. Ayer el ejército israelí anunció que estaba desatando importantes operaciones terrestres en el norte y el sur de la Franja de Gaza.
La primera cifra provisional de muertos es de 50. Mahmud Bassal, portavoz de la organización palestina de socorro, afirmó que los bombardeos habían atacado viviendas y tiendas de campaña para desplazados internos y que muchos niños estaban entre las víctimas.
El ejército israelí dice que su objetivo es lograr la liberación de los rehenes, retenidos por Hamas desde hace 20 meses y derrotar a la resistencia palestino. El viernes y el sábado intensificaron los bombardeos y ofensivas terrestres en territorio palestino. En el norte de Gaza, todos los hospitales públicos están ahora fuera de servicio, dijo el Ministerio de Salud de Gaza.
Cientos de israelíes volvieron a manifestarse en Tel Aviv contra el gobierno y pidieron la liberación de los rehenes.
Al mismo tiempo, continúan las conversaciones indirectas entre Israel y Hamas el viernes en Doha, Qatar. No hay avances hasta ahora según ambas partes. Ayer Netanyahu dijo estar abierto a un acuerdo que incluía el fin de la ofensiva de su ejército en Gaza. Subrayó que el acuerdo debería incluir la marginación de los militantes de Hamas y el desarme en el territorio palestino.
Es una pequeña inflexión. El gobierno israelí aprobó a principios de mayo un plan para la “conquista” de Gaza y un desplazamiento de su pueblo, que parece descartar cualquier negociación. El equipo negociador en Doha está tratando de agotar todas las posibilidades de acuerdo, dijo la oficina de Netanyahu, ya sea en el marco de la propuesta del enviado estadounidense Steve Witkoff, o como parte de un alto el fuego que incluiría la liberación de los rehenes, la deportación de Hamas y el desarme de Gaza.