Nicaragua a punto de alcanzar otro logro con estrategia de salud

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La transmisión materno-infantil de VIH en Nicaragua se redujo a menos del 2% de los casos positivos registrados en 2024, lo que encamina a este país a obtener la certificación de la eliminación vertical del virus por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sputnik visitó el Hospital de la Mujer “Bertha Calderón Roque” en Managua, un centro de atención de la mujer en esta nación latinoamericana, para conocer la estrategia que llevó a Nicaragua alcanzar este éxito atribuido a su modelo de salud, de acuerdo con la doctora Carmen Cruz, directora de la entidad sanitaria.

“Este es un logro más de nuestro Gobierno, gracias a todas las estrategias que se vienen impulsando a través del Ministerio de Salud y en consonancia con nuestro modelo de salud familiar comunitario, en conjunto con nuestra red comunitaria a los diferentes niveles en que estamos organizados”, expresó Cruz.

La experta precisó que la transmisión materno infantil puede ocurrir en la gestación, el alumbramiento o durante la lactancia, de allí la importancia de captar a la mujer en una etapa temprana.

“Durante el embarazo, ocurre más o menos en un 20% de la transmisión; la segunda etapa donde puede ocurrir la transmisión al bebé es durante el parto, que es el mayor porcentaje de probabilidades de transmisión, y la tercera es durante el puerperio, que es cuando ya nació el niño, pero la mamá viene y alimenta al bebé con la leche materna”, expresó la especialista nicaragüense.

Atención prioritaria

El fortalecimiento de la infraestructura sanitaria y la dotación de medios diagnósticos en Nicaragua durante la Administración sandinista llevaron a este país centroamericano a reducir las estadísticas de 58 infantes nacidos con VIH en 2006 a dos en 2024, de acuerdo al Mapa de la Salud.

Estas acciones se combinan con la participación comunitaria, la atención integral y la prevención, lo que ha elevado la atención prioritaria materno infantil frente al virus que produce el síndrome de inmunodeficiencia adquirida.

“Todo comienza con las captaciones tempranas que realizamos como Ministerio de Salud de los embarazos y parte de las pruebas que nosotros realizamos de manera obligatoria en un embarazo. Está la realización de la prueba de VIH y la prueba de sífilis, en el caso de que una de las pruebas saliera positiva, [a] esa paciente se le hacen otras pruebas y se le da seguimiento multidisciplinario”, manifestó Cruz.

El protocolo de atención de una embarazada con diagnóstico positivo en Nicaragua implica la realización de pruebas de carga viral para verificar si el VIH “se encuentra indetectable”, el cumplimiento del tratamiento antirretroviral y controles integrales.

Participación comunitaria

De acuerdo con la doctora Cruz, este protocolo ha presentado variantes en los últimos años, dados los avances en el tratamiento para combatir al virus.

“Hace muchos años se hablaba de que había algunas semanas en las cuales a la paciente se le tenía que iniciar el tratamiento especial para el VIH; sin embargo, como la medicina igualmente ha venido avanzando, ahora no importa en la semana de embarazo en la que se encuentre, inmediatamente que se detecta la infección, se inicia el tratamiento”, agregó Cruz.

La actuación de miembros voluntarios de la red comunitaria vinculados al sistema de salud son claves para el acompañamiento de las pacientes en sus controles y tratamiento antirretroviral.

“Si por algún motivo ella no llega a su cita, se le localiza para llevarla a su atención y no perder esa continuidad, esto permite de que, si la paciente está embarazada con VIH y está garantizándose su tratamiento, el porcentaje de que ese bebé nazca con la enfermedad o que hay una transmisión es del 0.06%, es decir, prácticamente estamos hablando de casi nulo”, agregó la médica nicaragüense.

La OMS estableció en el 2010 la meta global de eliminación de la transmisión vertical del VIH y sífilis. Este compromiso implica, además, que las autoridades sanitarias deben de monitorear a los bebés expuestos a estas enfermedades.

“Ya cumplimos esos indicadores”

Para que las naciones logren la certificación de la OMS deben garantizar el cumplimiento de los indicadores que determinan la sostenibilidad de los esfuerzos para reducir al mínimo la transmisión del VIH entre la madre y el hijo.

A decir de la titular del Hospital de la Mujer en Nicaragua, este país debe cumplir con criterios de impacto y de proceso, que garanticen mantener la tasa de transmisión vertical del VIH menor del 2%, así como garantizar una cobertura de las atenciones prenatales mayor o igual del 95%.

Además, el número de mujeres embarazadas que recibieron su tratamiento antirretroviral de manera adecuada debe ser superior al 95%.

“El año pasado recibimos la visita de expertos de la OPS que visitaron hospitales donde tenemos atención obstétrica, precisamente andaban revisando cómo estamos, ellos se fueron muy contentos y transmitieron esa información de que nosotros ya cumplimos esos indicadores, pero hay un proceso para hacer esa certificación, por lo menos un año debe estar sostenido esos indicadores”, puntualizó la funcionaria de Nicaragua.

Nicaragua espera en este 2025 obtener la certificación sanitaria y convertirse en el país número 20 en el mundo que elimina la transmisión vertical del VIH. Cuba fue el primer país que obtuvo este reconocimiento a nivel global en 2015.

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