
Xabier Peñalver. Txalaparta 2022.
Croacia

Monumento-Campo de concentración de Jasenovac, en Sisak-Moslavina
El monumento se levanta en el lugar donde estuvo el campo de exterminio de Jasenovac y consiste en una flor de hormigón de 30 m de altura, con los pétalos abiertos en medio de un verde prado, diseñada por el arquitecto Bogdan Bogdanovi y levantada en 1966 en homenaje a los cientos de miles de víctimas generadas por el movimiento croata Ustacha, aliado de Hitler. El memorial cuenta con un pequeño centro y museo, así como con un tren que sirvió para trasladar a los prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. La cripta del monumento está pavimentada con las traviesas de la vía del ferrocarril.

Considerado uno de los campos de exterminio más importantes y crueles de Europa, estaba regido por el movimiento croata Ustacha, y, según las fuentes, las víctimas se cuentan por centenares de miles, pudiendo alcanzar la cifra de 800.000. El complejo disponía de cinco subcampos, algunos de ellos destinados en exclusiva a mujeres y niños.

Las víctimas fueron principalmente serbios, además de judíos, comunistas, gitanos, musulmanes y numerosos partisanos del mariscal Tito. Muchos de los asesinados eran degollados con sierras o con hachas, en muchos casos arrojados con hormigón al cercano río Sava. El macabro complejo se abrió en 1941 y se cerró en 1945. Conforme los partisanos iban asediando la zona del campo al final de la guerra, los ustashi de Ante Palevic aceleraban las matanzas, a la vez que eliminaban la documentación comprometedora.
Como hicieron los abuelos nazis alemanes, hoy hay nietos fascistas ustashas bien colocados en Sudamérica, en el N. de Bolivia, en Stª. Cruz, por ej..
*aviso al editor: corrija !, era Ante Pavelic, el del bol , en su despacho, con ojos arrancados a sus prisioneros.