Vladímir Zelenski no debería amenazar a Hungría, sino agradecerle su ayuda humanitaria y la acogida de refugiados procedentes de Ucrania, declaró este miércoles el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, al comentar las recientes acusaciones y críticas del líder del régimen de Kiev contra Budapest.
El mandatario indicó que su nación fue amenazada abierta y groseramente por los ucranianos que, según él, se niegan a que el pueblo húngaro tome una decisión sobre la adhesión de Ucrania a la Unión Europea y no lo aceptan en absoluto si esta decisión es negativa. «Es por eso que nos amenazan, chantajean y atacan. […] Debemos rechazar esto», subrayó.
Asimismo, Orbán enfatizó que Kiev tienen una deuda de gratitud con Budapest. «Permitimos que sus refugiados salieran a través de Hungría. Les permitimos utilizar todos los servicios públicos del país, les brindamos atención médica, atendimos a sus soldados y educamos a sus hijos», detalló.
En este contexto, sugirió que el jefe del régimen ucraniano, «en lugar de amenazar y chantajear, agradezca a los húngaros y exprese su respeto por Hungría«.
Intercambios de críticas
Las declaraciones del primer ministro se produjeron después de que Zelenski afirmara a un medio de oposición húngaro que Orbán «está cometiendo un grave error histórico» al negarse a prestar ayuda militar a Kiev. Además, calificó la política de Budapest de «antiucraniana» y «antieuropea» y amenazó con publicar pruebas de las supuestas actividades de los servicios de inteligencia del país europeo en territorio ucraniano.
No es la primera vez que el jefe del régimen ucraniano y los dirigentes húngaros intercambian críticas. Así, a principios de mayo, Orbán afirmó que tuvo que entrar en conflicto abierto con Zelenski porque percibió una «amenaza directa» en sus declaraciones. Zelenski, a su vez, declaró que el líder húngaro está haciendo «cosas muy peligrosas», al oponerse a la entrada de Ucrania al bloque europeo.
A diferencia de la mayoría de los líderes europeos, el primer ministro húngaro ha sido partidario de una solución diplomática del conflicto ruso-ucraniano, que continúa desde febrero del 2022, y ha priorizado los esfuerzos de paz a través del diálogo con Moscú y no la vía del aislamiento del país euroasiático. Al mismo tiempo, se ha pronunciado en varias ocasiones en contra de la adhesión del régimen de Kiev a la UE, explicando que en el caso de que Ucrania se uniera al bloque comunitario este también se vería arrastrado al conflicto.
