Los resultados son muy importantes. El triunfo de ATA refleja que la heroica resistencia mantenida por el sindicato durante la huelga ha sido respaldada por un importante sector de los trabajadores pese a las campañas de difamación y obstrucción por parte de otros sindicatos y la patronal.
Aunque ATA ha salido reforzada, la empresa tiene abierto un proceso judicial contra varios trabajadores. En concreto le reclama 30 millones de euros por las pérdidas que, según la empresa, provocó la huelga del año pasado. La compañía sostiene que la convocatoria fue ilegal. La vista estaba prevista para mayo, pero se aplazó expresamente para no interferir en el proceso electoral sindical.
La representación sindical tras las elecciones queda ahora compuesta por
ATA con ocho delegados,
UGT y USO con seis cada uno,
CGT con dos y
CCOO con uno.