Durante las dos primeras jornadas de huelga en el metal, el balance final de detenidos ascendió a 9, uno de ellos menor de edad (actualmente son 21). No hizo falta gran cosa para detonar una feroz represión. En el primer día simplemente bastó con el lanzamiento de varios huevos contra la sede de la FEMCA, por si no teníamos claro de a quién defienden los perros del poder. Las cargas policiales se extendieron durante al menos 3 horas por toda la capital, desde el barrio popular de Loreto, hasta el puente de “La Pepa» cruzando toda la avenida principal de la ciudad. Los trabajadores y solidarios se defendían de las pelotas de goma, lanzadas a traición, con todo tipo de barricadas improvisadas. En estos enfrentamientos fueron detenidos la mayoría de los compañeros. Además hubo algunas cargas en el Río San Pedro durante las dos jornadas, que también acarrearon alguna detención. Esto sin contar los controles policiales, cacheos aleatorios, identificaciones y el acoso permanente. ¡Desplegaron a los picoletos incluso dentro de las instalaciones de Navantia!
El Estado fascista, apoyándose en el gobierno «más progresista de todos los tiempos” no duda en intentar aplastar por las bravas todo reducto de lucha independiente. Mientras los carguitos de los sindicatos verticales se pasean por las oficinas y los edificios oficiales cerrando acuerdos a espaldas de los trabajadores y mientras los políticos del «cambio» aparecen estrictamente en las confortables procesiones legales para rascar algún voto, los trabajadores del metal con callos en las manos han optado por la vía de la combatividad y de la lucha radical contra este sistema terrorista, combinando todos los métodos de lucha, legales e ilegales, para intentar sobrepasar a los vendeobreros. Por eso no pararán de perseguirlos y criminalizarlos.
Frente a la represión hemos de estar unidos. Exigimos la completa absolución de todos los encausados, independientemente del motivo por el cual hayan sido detenidos. La lucha siempre es legítima. Los animamos a resistir y a persistir en su combatividad y llamamos a los trabajadores represaliados a organizarse. Hemos de construir espacios antirrepresivos independientes, donde los represaliados de diversa índole podamos mantener nuestra dignidad como luchadores y confrontemos la represión de forma colectiva y no individualizada. Luchemos contra la represión, por la absolución de los encausados y por la libertad de todos los presos políticos antifascistas.
¡LUCHEMOS POR LA AMNISTÍA TOTAL!
- 7 de Julio:
-Otro trabajador detenido en el contexto de la huelga del metal: acusado de agredir a un antidisturbios.
Al compañero, de 32 años, se le imputan los delitos de lesiones, atentado contra agente de la autoridad, daños y desórdenes públicos.