
Mientras que el presidente estadounidense, Donald Trump, aumenta la presión sobre Japón y Corea del Sur con el reciente anuncio de aranceles, China podría ofrecer incentivos más fuertes para mejorar la cooperación trilateral con Tokio y Seúl, informa South China Morning Post, citando a analistas internacionales.
Así, las tarifas del 25 % –que se aplicarán a partir del 1 de agosto sobre todos los productos japoneses y surcoreanos que se importen a EE.UU., aparte de los aranceles sectoriales– podrían llevar a los tres países asiáticos a estrechar más sus lazos, pero Tokio y Seúl no abandonarían su alianza con Washington, indicó Zhang Yun, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Nankín.
Socios de EE.UU. de larga data
Japón y Corea del Sur son socios económicos y militares de larga data de EE.UU., y el impulso de las tres naciones para contener el auge de China sigue siendo una preocupación para el gigante asiático. Bajo el mandato de Joe Biden, el trío institucionalizó un marco de cooperación y construyó una integración de defensa colectiva para contrarrestar a China, Rusia y la República Popular Democrática de Corea.
En este contexto, sigue siendo de interés nacional para Washington, Tokio y Seúl trabajar juntos para evitar que Pekín configure la región de una manera que les resulte desfavorable, señaló Stephen Nagy, profesor de la Universidad Cristiana Internacional, con sede en la capital japonesa, añadiendo que es poco probable que la imposición de aranceles altere esta prioridad compartida.
Ma Bo, profesor asociado de la Universidad de Nankín, señaló que las disputas arancelarias no debilitarían la cooperación trilateral entre EE.UU., Japón y Corea del Sur en materia de seguridad colectiva contra China en el Indo-Pacífico. Señaló que, en los últimos años, Tokio y Seúl se habían distanciado cada vez más de Pekín, especialmente en cuestiones de seguridad, y aunque las medidas de Trump podrían ralentizar esta tendencia, es poco probable que la revirtieran o restablezcan la confianza en el gigante asiático.

Con la mira a China
Al mismo tiempo, Tokio y Seúl han tratado de mejorar sus relaciones con Pekín para protegerse de la incertidumbre de Washington, y sus respectivas relaciones bilaterales con China muestran signos de mejora, apuntaron los analistas. Las tres potencias asiáticas se reúnen periódicamente para centrarse en la cooperación económica, los intercambios entre pueblos, la salud pública y la cooperación digital.
«Con varios eventos diplomáticos en el horizonte y factores externos derivados de las políticas de Trump, el momento actual presenta una oportunidad favorable para fortalecer las relaciones trilaterales«, indicó Zhang, refiriéndose a una prevista reunión de los tres líderes asiáticos, así como a las cumbres de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebrarán en octubre en Seúl y el próximo año en Pekín.
Mientras, Ma afirmó que es probable que Seúl y Tokio resten importancia a las cuestiones arancelarias de EE.UU. durante la reunión trilateral con Pekín y no quieran dar la impresión de que el mecanismo es un esfuerzo para contrarrestar el unilateralismo comercial de Washington. «Incluso si la cumbre trilateral se desarrolla sin contratiempos, se espera que Tokio y Seúl se centren en cuestiones regionales más amplias de interés mutuo, en lugar de la práctica comercial unilateral de Estados Unidos«, dijo.

¿Qué dicen Tokio y Seúl sobre aranceles de Trump?
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, afirmó el martes que su país mantendrá consultas con EE.UU. con el objetivo de alcanzar un acuerdo que proteja los intereses nacionales de Japón y beneficie tanto a Tokio como a Washington.
Asimismo, indicó que el Gobierno japonés está decidido a evitar compromisos fáciles. También avisó que los efectos de los aranceles se sentirán en las industrias nacionales y el empleo, entre otras áreas. «Haremos todo lo posible para mitigar las repercusiones de este giro de los acontecimientos», agregó.
Más tarde, afirmó que la nación asiática –que ya se enfrenta a los aranceles sectoriales de EE.UU. (un 25 % a los vehículos y autopartes y un 50 % al acero y el aluminio)– necesita reducir su dependencia de su aliado norteamericano. «Si piensan que Japón debe seguir lo que dice EE.UU. porque dependemos en gran medida de ellos, entonces debemos trabajar para ser más autosuficientes en materia de seguridad, energía y alimentación, y menos dependientes de Estados Unidos«, declaró, recoge Reuters.
Mientras, el Ministerio de Industria coreano afirmó que el país intensificaría sus esfuerzos para lograr un resultado mutuamente beneficioso en las negociaciones y abordar la cuestión del déficit comercial mediante la mejora de la normativa nacional.
Desde Corea del Sur –que también se enfrenta a aranceles sectoriales por parte de Washington (un 25 % sobre automóviles y un 50 % sobre productos siderúrgicos)– han insistido en que las exenciones o reducciones de estos aranceles deben incluirse en un acuerdo. Uno de los puntos clave de las negociaciones comerciales bilaterales gira en torno a las barreras no arancelarias, en particular las regulaciones de Seúl sobre las principales empresas tecnológicas. Washington ha argumentado que estas normas perjudican injustamente a las empresas estadounidenses, mientras que eximen a sus competidores chinos.