Colombia. 2,5 millones de jóvenes ni estudian ni trabajan

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La falta de oportunidades para acceder a estudio gratuito y de calidad, al igual que la baja oferta laboral, llevan a que gran parte la población joven no tengan la posibilidad ni de estudiar ni de trabajar (NINI), lo cual agudiza la crisis socioeconómica que vive el país.

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Chavela Villamil (ELN Voces).— El modelo económico imperante al basarse en la acumulación de capital en un reducido grupo plutocrático, a la par busca que los Gobiernos asuman el mínimo posible de responsabilidades sociales, por ello recurren a la privatización de servicios esenciales; lo que permite que crezca constantemente la pobreza (monetaria y multidimensional) y se incremente la brecha de desigualdad.

La falta de empleo sumada a los altos costos de los alimentos básicos y los servicios esenciales, lleva a que miles de desempleados recurran al trabajo informal como única opción de ingreso, generando una burbuja laboral especulativa y depreciativa en término de poder adquisitivo, es decir, el trabajo informal hace que disminuyan la cifras de desempleo, pero los ingresos per cápita recibidos por esta actividad, son inferiores a los requeridos para cubrir las necesidades básicas de una persona y mucho menos de un núcleo familiar, lo que decrece el poder adquisitivo relativo, ocasionando la contracción del comercio y aumentando del déficit de costo de vida.

Los NINI son un fenómeno creciente

Las políticas económicas implementadas por sucesivos Gobiernos han desatendido áreas estratégicas para el desarrollo de la sociedad y la productividad, como lo es la educación, que en el caso de nuestro país, es de muy bajo acceso y son muy pocos los jóvenes que logran tener la posibilidad de cursar educación técnica o superior, lo que decrece su expectativa laboral, que aunado a las pocas plazas laborales, le deja muy poca oportunidad a la población juvenil, que por falta de acceso a la educación se les reduce drásticamente la opción de acceder a empleo formal, por lo que muchos de ellos tienen como única opción el empleo informal, mientras un gran número de ellos engrosan las filas de la población NINI.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) plantea que la población juvenil que ni estudia ni trabaja -NINI-, en sus países miembros tiene una media de 19,7 por ciento; Colombia es uno de los países con el porcentaje más alto de NINIS con un 24,3 por ciento. Por su parte el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), indica que la población de 15 a 28 años que no trabaja ni estudia (NINIS) llegó a 2,5 millones, lo que equivale al 22,5 por ciento y de esta cifra 7 de cada 10 son mujeres [*].

Nuevos paradigmas educativos y laborales

El principal obstáculo que afrontan los jóvenes, es la inexistencia de un sistema educativo integral de carácter estatal, que le permita a gran parte de la población juvenil, en especial a las capas medias y bajas, acceder a educación media y profesional de calidad y gratuita; además la desigualdad social y el hambre generalizada se convierten en uno de los principales motivos de la deserción escolar; de cada 100 estudiantes de bachillerato solo logran graduarse 44, de cada 100 graduados de bachillerato solo 33 logran acceder a educación superior o técnica.

En términos de oferta laboral el mercado es una paradoja que afecta principalmente a la población vulnerable, los requisitos exigidos por las empresas no suelen ser acordes con el contexto en el que se desenvuelve la población juvenil, una de las principales taras es la experiencia laboral que termina marginando a la población juvenil y dejándoles como única opción el Rebusque, la otra gran barrera es la exigencia de estudio de posgrado, en una sociedad donde difícilmente un grupo reducido logra culminar los estudios profesionales, técnicos o tecnológicos.

La reforma laboral recién aprobada, no suplió las falencias de integralidad del sistema, ni mucho menos relacionó el mercado laboral con el académico, lo que no permite resolver problemas trascendentales de fondo del modelo laboral. Además, más allá de retornar las horas extras, debería hacer hincapié en una política de renovación laboral y de inclusión juvenil en el mercado laboral. Sin estos cambios, cualquier reforma laboral sería incompleta y difícilmente lograría mitigar el desempleo y la formalización del empleo.

La transformación de la sociedad, mejorar la productividad del país y elevar el poder adquisitivo, tiene implícito una política económica que fomente la inversión en educación y el desarrollo humano y técnico de la producción nacional; desde luego esto solo es viable si hay una transformación estructural de los modelos económico y educativo.

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[*] En mayo en Colombia se registraron 2,50 millones de ninis. Forbes, 10-06-2025.

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